• El nivel actual está en los 80.000 millones mensuales y el banco central anticipó su reducción hasta los 60.000 millones
  • El regreso de las presiones inflacionistas no forzará en exceso al BCE a modificar su postura, según S&P Global
bce, banco central europeo

El Banco Central Europeo (BCE) tiene previsto, según las conclusiones de sus últimas reuniones, reducir el programa de compras de activos (APP, por sus siglas en inglés, conocido como 'QE') desde los 80.000 millones actuales hasta los 60.000 millones mensuales a partir de abril. Sin embargo, el recorte será mayor por las presiones inflacionistas, según un informe de S&P Global.

En concreto, el reporte de la agencia de rating, citado por Europa Press, justifica esta proyección en sus previsiones de inflación, lo que conllevará a mayores presiones desde Alemania en un año en el que además se celebrarán elecciones presidenciales en la principal economía de la Eurozona. Aunque la reducción anticipada por estos expertos del plan de compras será “muy gradual y prudente”, “quizás hasta 40.000 millones de euros al mes” en la segunda mitad de 2017, “con un recorte adicional en la primera mitad de 2018”.

Los analistas de S&P Global Ratings subrayan que el BCE deberá proceder con extrema prudencia cuando comience a reducir sus compras de deuda empresarial, ya que las pequeñas dimensiones de este sector en la eurozona lo hace muy dependiente de las acciones del banco central a la hora de fijar precios.

Si los asalariados alemanes comenzasen también a verse penalizados, la presión aumentaría sobre los líderes políticos en Alemania

"El banco está ahorrando combustible en previsión de tener que conducir durante un camino más largo. Aunque no es probable que el viaje vaya a ser tranquilo ante las crecientes divergencias entre los miembros de la Eurozona", señala la calificadora de riesgos.

De este modo, S&P Global Ratings señala la vuelta de la inflación a la Zona Euro, que en diciembre se situó en el 1,1% su nivel más alto desde 2013, señalando que, a diferencia de otros países del euro donde la inflación subyacente es mucho más baja, en Alemania todos los registros apuntan al alza.

"Por supuesto, estas preocupaciones parecen prematuras", apuntan los analistas de S&P, aunque advierten de que, tras el "pellizco" sufrido por los ahorradores germanos a causa de los tipos de interés muy bajos, si los asalariados alemanes comenzasen también a verse penalizados, la presión aumentaría sobre los líderes políticos en Alemania coincidiendo con un año electoral, lo que, a su vez, haría a las políticas del BCE objeto de un mayor grado de crítica.

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