• Los expertos avisan de que lo importante no es el tamaño, sino los 'tokenomics' de la compañía
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Mark Zuckerberg (Facebook), Satya Nadella (Microsoft), Larry Page (Alphabet), Tim Cook (Apple) y Jeff Bezos (Amazon) Marta Gracia
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Desde que el gigante del e-commerce Rakuten anunció la Rakuten Coin a finales de febrero, muchas grandes corporaciones han corrido a subirse al carro de las ICOs y de los desarrollos en la blockchain. Conscientes de que cualquier noticia que mencione el atractivo universo ‘cripto’ garantiza un puesto destacado en la prensa mundial, Amazon, Walmart, Huawei, Starbucks, Comcast o Carrefour han desvelado sus planes para integrar tokens criptográficos o aplicaciones basadas en la tecnología que sirve de espina dorsal del bitcoin.

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Tal es la fiebre desatada, que expertos como Tom Lee, presidente de la firma de inversión Fundstrat, ha llegado a afirmar que la inyección de capital de todas estas compañías en el gran libro de contabilidad distribuida que escribe las operaciones en la Satoshi Nakamoto es el nuevo hito de este mercado. “Donde todavía no han llegado los inversores de Wall Street, el mundo corporativo ya se ha adelantado”, ha argumentado.

Aunque ni el precio de las ‘criptos’ ni el de la más operada de todas ellas acompaña en las últimas jornadas, con un desplome no visto desde el 6 de febrero, Lee espera que “el bitcoin se fortalezca y alcance los 20.000 dólares hacia finales de año”. No sólo se encomienda para este vaticinio a que numerosas compañías de gran capitalización hayan anunciado que lanzarán divisas digitales, sino que apuesta porque se incremente el número de empresas que le ‘declaran su amor’ a la blockchain y señala que no le extrañaría “un anuncio de Facebook en la misma línea”.

“Donde todavía no han llegado los inversores de Wall Street, el mundo corporativo ya se ha adelantado”

Sin ser tan osados, otras voces de la ‘criptocomunidad’ dan la bienvenida a estas marcas porque, si continúan adelante con sus planes, multiplicarán el número de usuarios de las criptomonedas. El crecimiento del mercado y la popularización de las divisas digitales y de su tecnología son otros de los efectos que pronostican, junto a su más que segura influencia en los reguladores. “Puede ser lo que el mundo ha estado esperando para confirmar la transición hacia economías impulsadas por cadenas de bloques y divisas de cifrado”, afirman desde la empresa GN Compass en declaraciones a ValueWalk.

EL TAMAÑO NO IMPORTA

Pero para otros analistas consultados la relación entre precios, apoyo al mercado e implementaciones de los gigantes de Wall Street o de otros mercados mundiales no es tan directa. De hecho, hablan de “grandes operaciones de marketing” de todas estas firmas y avisan que en las ICOs “el tamaño no importa”. Así de tajante se muestra Alejandro Gómez de la Cruz, consejero delegado de Icofounding, que asegura, en cambio, que a la hora de invertir y estimar el valor de una moneda virtual de nuevo cuño lo realmente relevante son los ‘tokenomics’ de la compañía. Es decir, “lo bien desarrollada que está la economía tras el nuevo token”, aclara.

Si esta filosofía -puntal de todas las ICOs que lanzan en la empresa española que se dedica a apoyar y asesorar estas emisiones de moneda digital a cambio de financiación- no tiene sentido, “el producto valdrá menos en cuanto llegue a la fase de producción”, argumenta Gómez de la Cruz. E insiste en que “antes de invertir en cualquier emisión inicial de tokens hay que entender muy bien su utilidad”.

Así, pone en cuarentena iniciativas como la de Rakuten o una hipotética Amazon coin. La primera de la dos supondría ‘tokenizar’ el sistema de puntos de la empresa, valorado en 9.000 millones de dólares, y la segunda sería usada por el 50% de los usuarios del líder mundial en comercio electrónico, según una encuesta interna. El también ex abogado de Grant Thornton compara estas iniciativas con otros sistemas de fidelización como los ‘corticoles’, pero aplicados a la blockchain y con dinero virtual.

A la hora de invertir y estimar el valor de una moneda virtual de nuevo cuño, lo realmente relevante son los ‘tokenomics’ de la compañía

LOS TOKENS DE LAS GRANDES MARCAS, ¿EL FUTURO DE LA CRIPTOECONOMÍA?

Son los llamados ‘tokens utility’. Denominados así porque se pueden intercambiar por productos y servicios en la empresa que los acuña, han sido foco de las críticas de algunos inversores en criptomonedas que han denunciado un abuso de este modelo. De ellos, Carlos Domingo, fundador de Spice VC, ha llegado a decir que muchas empresas las han usado “meramente como una excusa para lanzar una ICO”.

Richard Murhead, CEO de Fabric Ventures, tampoco es partidario de este tipo de tokens porque obligan a los usuarios de las futuras empresas y aplicaciones que ahora sopesan lanzar su propio dinero digital a tener uno para cada producto algo que, en su opinión, “no es una buena idea porque encarece el servicio”.

Gómez de la Cruz, no obstante, se erige en su defensor ya que facilita al público retail -que es, en definitiva, la comunidad de usuarios tras estos futuros servicios y productos- la inversión directa en las empresas, algo que hasta ahora era coto de unos pocos. No obstante, con más de 5.000 millones de dólares recaudados desde inicios de 2017, han centrado las miradas de los supervisores de los mercados mundiales, que se esfuerzan por dibujar un marco legal para estos vehículos digitales. Y que se decantan por las ‘criptos de segunda generación’ o tokens valores, y cuestionan la democratización de la inversión que suponen las ICOs basadas en el modelo ‘de utilidad’.

La triste realidad de estas emisiones de moneda es que cerca del 50% fracasan o desaparecen, llevándose consigo toda la recaudación. Sin ir más lejos, recientemente ha trascendido la estafa de los promotores de la emisión inicial de moneda Giza, de la que se han evaporado dos millones de dólares y no hay ni rastro de los fundadores de la startup.

Las cifras hablan por sí solas. De todas las iniciativas de recaudación de fondos a través de la emisión de tokens digitales que se lanzaron en 2017, sólo el 54% seguía adelante a mediados de febrero, según datos de Tokendata. Fueron 902 ICOs en total, de las que 142 naufragaron y 276 desaparecieron, muchas de ellas con los bolsillos llenos.

Los tokens no son más que la excusa para que estas empresas se lancen a experimentar con la blockchain

Estos números refuerzan la opinión de muchos expertos de que se aprovecha este fenómeno para estafar a inversores de buena fe y que toda regulación que se aplique es poca. Por este motivo, en opinión del experto en monedas de cifrado, hasta los gigantes como Amazon deben “dejar bien claro qué se puede conseguir a cambio del token”.

QUÉ ESPERAR EN 2018

Con todo, es innegable que una hipotética ICO de la tercera empresa de Wall Street por tamaño, cuyas ganancias brutas superarán en 2021 a Facebook y Microsoft, supondría un antes y un después para este mercado. Y haría palidecer, en términos de recaudación, a la que se considera una de las grandes emisiones iniciales de tokens de este 2018, la de Telegram. Todavía en marcha, 850 millones de los 1.000 que pretenden lanzar ya tienen dueño en la preventa.

Entre las otras iniciativas similares que se han llevado a cabo hasta ahora, la Kodak coin, el token de Eastman Kodak Co., se ha topado con el muro regulatorio en EEUU. Y ha colisionado con las intenciones de la Comisión del Mercado de Valores de EEUU (SEC por sus siglas en inglés) de acabar metiendo cualquier token en el saco de los valores y, por lo tanto, limitando su venta a inversores cualificados. La emisión de estas monedas se ha visto frenada desde inicios de año y, justamente esta semana, la compañía ha anunciado la venta de 100 millones de tokens bajo lo que se conoce como el acuerdo simple de los tokens de futuros (SAFT por sus siglas en inglés), auspiciado por la Comisión del Mercado de Comercio de Futuros estadounidense.

Sin embargo, llegados a este punto, está claro que los tokens no son más que la excusa para que estas empresas se lancen a experimentar con la blockchain, la tecnología que, según los gurús, está llamada a ser el ‘pegamento’ de la cuarta revolución industrial en ciernes. El desarrollo de Kodak es una plataforma para la protección de la propiedad intelectual de los fotógrafos, pero antes IBM o Microsoft han hecho sus pinitos en la cadena de bloques para varios proyectos en la nube.

De todo lo que está por venir, Rakuten está implementando esta tecnología en varias unidades de negocio y Walmart, Carrefour o el mismo Amazon la aplicarán para el seguimiento de los envíos de productos, que se podrá comprobar en tiempo real. Starbucks ha anunciado una app que funcionará sobre la blockchain, Comcast está trabajando en una herramienta para que las empresas compartan datos unas con otras y Huawei acaba de presentar un proyecto cuyo objetivo es convertirse en un marco de trabajo para que la diferentes cadenas de bloques puedan comparar sus funcionamientos y hacer pruebas de estrés.

Pioneros o elaboradas estrategias de marketing, lo realmente valioso es que han dado el paso y que ya están inyectando capital, tal vez no en los productos especulativos que son las ‘criptos’, pero sí en la valiosísima cadena de bloques que las sustenta. La blockchain se afianza así como una realidad y, sobre todo, como una enorme promesa de futuro. Y pocos se la quieren perder.

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