• Hasta 1,1 billones de dólares en moneda extranjera han dejado a la economía China desde agosto de 2015
  • El Gobierno de la segunda potencia mundial ha emprendido una ofensiva legal para sujetar los capitales dentro de sus fronteras
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China está a punto de cerrar un año en el que la masiva huída de capitales de sus fronteras coincidirá con la más aguda depreciación del yuan en dos décadas, según ha alertado Goldman Sachs. La moneda china ha perdido en este 2016 un 6,7% de su valor contra el dólar, su mayor declive anual desde 1994.

Sólo en noviembre, un total de 69.200 millones de dólares volaron al extranjero, acelerando las salidas de fondos que se habían mantenido a un ritmo de 50.000 millones de dólares mensuales desde junio, según Bloomberg. Además, los expertos de Goldman Sachs han reportado que las salidas de dinero a través de pagos en yuanes se han mantenido estables durante 14 meses consecutivos.

Según datos de la Administración Estatal del Mercado de las Divisas (SAFE por sus siglas en inglés), un importe equivalente a 33.600 millones de dólares abandonó el país en noviembre mediante pagos en la divisa local, comparados con los 29.000 millones de dólares que volaron a través de la misma vía el mes anterior.

Según Goldman, hasta 1,1 billones de dólares en moneda extranjera han dejado a la economía China desde que la autoridad monetaria devaluó el yuan en agosto de 2015

Las divisas extranjeras en China se contrajeron del equivalente a 555.000 millones de dólares el mes pasado, según informes de Bloomberg, citando datos del Banco Popular de China. Según Goldman, hasta 1,1 billones de dólares en moneda extranjera han dejado a la economía China desde que la autoridad monetaria devaluó el yuan en agosto de 2015.

DECLIVE DEL YUAN

La consiguiente devaluación del yuan amenaza con dejar a la moneda con sus mayores pérdidas en más de 20 años versus el dólar este 2016 y acumula caídas de un 6,7%, lo que convierten 2016 en el peor año para el yuan desde 1994, según Goldman Sachs. La divisa se depreció hasta su peor nivel desde 2008 después de la decisión de la Reserva federal de EEUU (Fed) de subir los tipos de interés el pasado 14 de diciembre y de que se anunciaran hasta tres subidas de tipos en 2017. El dólar volvió al ataque, extendiendo las ganancias que acumula desde la victoria de Donald Trump en las elecciones de EEUU.

Esta situación ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza a las autoridades Chinas, que han tratado de mitigar la fuga de capitales a la vez que apuntalar la moneda. Sólo en las dos últimas semanas, el Banco Popular de China ha inyectado 113.000 millones de dólares, dejando las reservas de bonos del Tesoro estadounidenses de China en su mínimo de seis años, alcanzando los 1,12 billones de dólares.

En lo que llevamos de año, la autoridad monetaria de Pekín ha gastado 279.000 millones de dólares para suavizar el impacto en el renminbi. Los últimos datos del mes de noviembre de las reservas de moneda extranjera del gigante asiático mostraron su nivel más bajo desde marzo de 2011, en 3,052 billones de dólares y los datos apuntan a una gran mordida en diciembre.

El Gobierno de la segunda potencia mundial también ha emprendido una ofensiva legal para sujetar los capitales dentro de sus fronteras, con un paquete de normas destinadas a prevenir las inversiones en el extranjero de más de cinco millones de dólares y que se aplicarán a las transferencias en el extranjero, en forma de transacciones en las carteras de los inversores o compra directa de divisas. Asimismo, la Agencia Estatal del Mercado de las Divisas (SAFE por sus siglas en inglés), la entidad gubernamental que regula las transacciones de monedas, también ha estrechado el cerco sobre los préstamos denominados en yuanes en el extranjero.

Pero a pesar de todos los esfuerzos, China se tendrá que enfrentar a un recrudecimiento de esta situación a medida que nos adentremos en el próximo año. Según apuntan varias firmas y bancos de inversión, el yuan puede acabar el próximo año en un precio de 7,30 yuanes por cada dólar. Analistas de Goldman Sachs creen que el cambio de 7,00 unidades por cada moneda estadounidense está a la vuelta de la esquina. Y, por si esto fuera poco, un estudio reciente de Deutsche Bank indica que el renminbi -como también se conoce al yuan- es la moneda más cara del mundo. O lo que es lo mismo, que actualmente está más sobre apreciada que el franco suizo, el peso de filipinas y el propio dólar.

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