Gowex ha caído en desgracia, llevándose consigo a muchos otros, por la admisión de su presidente, Jenaro García, del falseo de las cuentas de la empresa durante, al menos, 4 años. El CEO ha dimitido tras un informe de la consultora Gotham City y ha expresado su escueta disculpa por medio de su cuenta personal de Twitter: “Pido perdón a todos. Lo siento de todo corazón”. Este polifacético madrileño, nacido en 1968, amante de los deportes y las artes, ha sido un precoz mago de los negocios que empezó su andadura empresarial con tan sólo 19 años.

En 1987, cuando aún no había terminado sus estudios de Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y un MBA por la Complutense, se metió en el mundo de los negocios creando una empresa de “comercio exterior”. Ésta se especializaba en la importación de coches desde diferentes partes de la Unión Europea a España. Ese mismo año, comenzó otra empresa, una en la que importaba materia prima desde Latinoamérica a Europa.

Su currículum, que se puede consultar en la red LinkedIn, se presta a confusión, sobre todo por las fechas en las que asegura haber estado en determinadas empresas.


Su siguiente aventura empresarial fue en 1992, cuando entra como analista, estudiando mercados de inversión, para la empresa Prudential Securities, donde, según la red, pasó 5 años.

Sin embargo, en 1993 empieza a trabajar en Smith Barney, una compañía que forma parte del grupo Morgan Stanley. Las fechas, obviamente, se solapan.

También lo hacen cuando en 1995 entra en Telefónica Servicios Audiovisuales, donde ocupó el cargo de consultor estratégico durante tres años.

Después, funda una compañía llamada Grupo Intelideas, “mientras estaba en EEUU”, según expresa el mismo. Entre los clientes que declara tener estan algunos “tan importantes como: entidades financieras”.

Su relación con Gowex empieza en 1999, cuando ocupa su cargo de CEO, hasta la actualidad. En su perfil de LinkedIn, García afirma que esta empresa tiene unas ventas anuales de 114 millones de euros y que su beneficio neto equivale a 17 millones de euros.

Su nivel de inglés, según él mismo, es “full professional profiency” (competencia profesional completa), aunque se detectan bastantes errores de concordancia y gramaticales en sus textos.

Por último, como datos personales, se declara amante de los deportes como el esquí, el buceo y el “runing”. Un hombre de familia, amigo de sus amigos y enamorado del arte renacentista, románico y gótico, además de las películas épicas, la literatura y la música de los 60 a los 90.

Y.R.

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