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Los créditos rápidos tienen cada vez más éxito. Permiten, de forma cómoda, conseguir dinero de manera rápida y sin apenas dar explicaciones. Aunque no dejan de ser un crédito, y eso significa que no solo tienen pros. La gran flexibilidad que ofrecen puede llegar a salir cara, por lo que no está de más tener en cuenta una serie de consejos antes de solicitar este tipo de financiación.

Un gasto imprevisto o simplemente no cumplir con los requisitos para pedir un préstamo personal tradicional suelen ser algunas de las razones por las que una persona se decanta por un crédito rápido. Este tipo de financiación puede ser muy atractiva por las ventajas a la hora de solicitarla, pero conviene no olvidar que las entidades que ofertan estos préstamos cobran un interés más alto que otras y que si hay retrasos al devolverlos, probablemente haya que hacer frente a una elevada penalización.

Por eso conviene tener siempre presentes estos seis consejos antes de pedir un crédito rápido:

1. Leer bien las condiciones. Con este tipo de créditos conviene andarse con cautela y analizar bien todas las características del contrato antes de firmarlo: condiciones, plazos, intereses... Es muy importante conocer todos los detalles, por lo que no hay que dudar a la hora de invertir el tiempo suficiente para saber con certeza qué es lo que se va a firmar.

2. Plazos de devolución: ¿podrás cumplirlos? Por norma general los créditos rápidos suelen tener un plazo de devolución bastante ajustado (30 días o menos). Por eso es aconsejable tener la certeza de que llegado el momento se podrá devolver el préstamo y se tendrá el dinero suficiente para afrontar el pago. Los expertos aconsejan, antes de solicitar este tipo de financiación, ser conscientes de que el impago en el plazo establecido hace que los intereses aumenten considerablemente, y recomiendan pedir solo la cantidad de dinero que se pueda devolver sin problemas.

3. Comparar. Nunca, nunca, hay que elegir la primera opción que se presente. Es recomendable acudir a un comparador de préstamos para conocer de un vistazo qué condiciones ofrece cada préstamo y, así, saber cuál se adapta mejor a cada situación. Muchas entidades ofrecen estos créditos rápidos, y cada una lo hace con diferentes condiciones.

4. No pedir un crédito para pagar otra deuda. Solicitar este tipo de créditos rápidos para pagar otros préstamos solicitados anteriormente no es una buena idea. Se trata de algo peligroso, porque se corre el riesgo de entrar en una espiral de deudas de la que puede ser difícil salir.

5. No usar los créditos rápidos como forma de financiación habitual. Los créditos rápidos están diseñados para hacer frente a gastos imprevistos o para conseguir algo de liquidez extra en momentos puntuales. Por eso no es aconsejable usar este tipo de financiación de forma habitual. Lo ideal es ahorrar mes a mes para tener dinero para cuando haga falta, y si lo ahorrado no es suficiente, entonces se puede acudir a este tipo de préstamos.

6. Estar en la lista de morosos no es un obstáculo. Una de las ventajas de los créditos rápidos es que se pueden solicitar aunque el cliente esté en un fichero de morosos como el de ASNEF. Aunque hay que remarcar que ese extra de confianza que la entidad concederá al cliente se dejará notar en el precio del préstamo, es decir, que será más caro. Además, dependiendo de la cantidad adeudada o de dónde provenga la misma, las entidades pueden rechazar automáticamente las solicitudes de quienes estén en la lista de morosos.

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