MADRID, 19 (EUROPA PRESS)

Las mujeres que padecen miopía elevada, además de una predisposición a una debilidad en la retina periférica, tienen un mayor riesgo de padecer un desprendimiento de la retina durante el parto, como consecuencia de los esfuerzos que se realizan en ese momento.

Esa es la razón por la que, según el jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Quirónsalud San José, Nabil Ragai Kamel, las mujeres miopes constituyen la "población diana" durante el embarazo.

"Dado que este es el mayor peligro al que nos enfrentamos, en ocasiones aconsejamos a la gestante que se someta a una cesárea en lugar de dar a luz de forma natural. Además, cuanto mayor sea la miopía de la embarazada, mayor es la alarma y, lógicamente, la posibilidad de que se produzca un desprendimiento", ha aseverado el especialista.

ACUDIR A REVISIONES PERIÓDICAS

Por ello, ha destacado la importancia de que las gestantes se sometan a periódicas revisiones durante los meses del embarazo para comprobar si ha habido un cambio de graduación, especialmente un aumento de la miopía por efecto hormonal. Y es que, tras el parto, ese incremento de la graduación es, en algunos casos, reversible, mientras que en otros, algo se queda.

Asimismo, prosigue Ragai Kamel, la supervisión por parte de un profesional sirve para detectar la presencia de lesiones de riesgo en la periferia de la retina y, en caso afirmativo, actuar en consecuencia.

Finalmente, el experto ha informado de que durante el embarazo también se puede detectar el conocido como 'ojo seco'. "Las mujeres que utilizan lentes de contacto pueden experimentar una mayor irritación, que se soluciona con la lágrima artificial, o una intolerancia a las mismas, por lo que lo mejor es posponer el uso de las lentillas hasta después del parto", ha zanjado Ragai Kamel.

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