- El mercado apenas concede una probabilidad del 22% a que la Fed actúe el 21 de septiembre
- Todo indica que, como en 2015, el banco central de EEUU lo dejará para diciembre
Goldman Sachs estaba convencido: Yellen subirá los tipos en septiembre. Lo mantuvo incluso tras los decepcionantes datos de empleo de agosto conocidos el 2 de septiembre. Pero la caída de la actividad del sector servicios ha acabado doblegando al todopoderoso banco de inversión estadounidense.
En concreto, Goldman ha rebajado del 55% al 40% la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, acabe encareciendo el precio del dinero en la reunión que mantendrá los días 20 y 21 de septiembre. En ese caso, los tipos permanecerían en el 0,25-0,50% en el que se encuentran desde diciembre de 2015.
Y también en ese caso, todo indica que, al igual que en 2015, la entidad presidida por Janet Yellen lo dejará todo para la última reunión del año, la de los días 13 y 14 de diciembre. Hay otra cita antes, a comienzos de noviembre, pero al producirse justo antes de las elecciones no parece la reunión adecuada para subir los intereses.
Por tanto, si en efecto quiere plasmar con hechos lo que Yellen y su vicepresidente, Stanley Fischer, anticiparon en Jackson Hole, cuando aludieron a que había crecido la posibilidad de subir los tipos este año, tendrá que esperar a la última reunión del ejercicio. Ya pasó en 2015, cuando dejó para el final un incremento de los tipos que telegrafió durante todo el año. Finalmente, la subida, la primera desde 2006, se hizo esperar hasta diciembre.
El mercado, de hecho, así lo cree. Apenas concede una probabilidad del 22% a que la Fed eleve el precio del dinero este mes, porcentaje que crece hasta el 51,5% para diciembre.
En el cambio de opinión de Goldman ha sido determinante el inesperado descenso de la actividad del sector servicios. En agosto descendió hasta los 51,4 puntos, por debajo de los 54,9 puntos esperados, de los 55,5 puntos de julio y, sobre todo, el dato más bajo desde 2010.