ep transeuntes caminan por el paseo de eduardo dato de la capital una de las calles peatonalizadas
Transeúntes caminan por el paseo de Eduardo Dato de la capital, una de las calles peatonalizadas en Madrid a causa de la distancia de seguridad exigida por el Covid-19 y que se amplían este fin de semana de 29 a 36 vías abiertas para peatones, con más metRicardo Rubio - Europa Press

MADRID, 25 (EUROPA PRESS)

Las calles de la capital registraron una media de 57,29 decibelios de ruido el pasado mes de abril, 4 decibelios menos de nivel sonoro de febrero, cuando todavía no había confinamiento obligatorio, según datos recogidos por Europa Press de la Red Fija de Control de la Contaminación Acústica del Ayuntamiento de Madrid.

En abril del año pasado se anotaron de media 60,67 decibelios en la treintena de estaciones que tiene operativas el Consistorio. El estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus entró en vigor el 15 de marzo, por lo que ese mes también se ha visto condicionado por esta situación. Según los mismos datos, la media sonora de marzo en las calles madrileñas fue de 59,50 decibelios, también inferior al del año pasado.

Las estaciones donde se registraron una mayor contaminación acústica son las ubicadas en el paseo de Recoletos, con 66,6 decibelios registrados por la estación de forma ponderada a lo largo de todos los días; la de Carlos V, entre el paseo de la Infanta Isabel y la conocida como plaza de Atocha, con 64 decibelios; y la de Gregorio Marañón, en la intersección entre el lateral del Paseo de la Castellana y la calle Miguel Ángel, con 63,9 decibelios; Santa Eugenia, con 63,3 decibelios; y las de Ramón y Cajal y Cuatro Vientos, con 62 decibelios.

Las estaciones de mediciones que menos ruido registraron el mes pasado de promedio fueron la de la Casa de Campo, con 46,2 decibelios; Tres Olivos, con 53,8; Villaverde, con 52,5; Vallecas y Méndez Álvaro con 52,8 decibelios; Barrio del Pilar, 56,3; Arturo Soria, con 56,6 decibelios; y el Pardo, con 52,9. La estación de plaza del Carmen, la más céntrica de Madrid registró 58,5 decibelios. La Red la compone una treintena de estaciones, entra las que no está disponible la de Plaza de España por las obras del entorno.

Por la noche, el descenso de la contaminación acústica ha sido más notable. En abril el nivel sonoro medio ponderado de 23 a 7 horas de cada día fue de 51,52 decibelios, cuando en febrero era de 56,36, cinco decibelios menos, es decir, un descenso del 9 por ciento. En marzo, con medio mes en estado de alarma, la medición nocturna fue de media 55,05 decibelios de nivel sonoro. En abril del año pasado la media se situó en 55,1 decibelios.

Las zonas de la capital con más ruido por la noche en abril fueron Atocha (60,6 decibelios), Santa Eugenia (59,9), Gregorio Marañón (58,6), Paseo de Recoletos (57,6) y Cuatro Vientos (56,3 decibelios). Las más silenciosas fueron, como habitualmente, Casa de Campo (43,3 decibelios), seguido de El Pardo (45,6), Villaverde (45,8), Tres Olivos (46,7), Urbanización Embajada (46,2), Sanchinarro (47)y Méndez Álvaro (47,4 decibelios).

ORDENANZA DE RUIDO

Analizados los datos de los registros de los sonómetros municipales, colocados en su mayoría en lugares de tráfico intenso, reflejan durante el confinamiento un mayor descenso en ejes centrales que en barrio periféricos, y menos de día que durante la noche y los fines de semana y festivos, como vio significativamente en Semana Santa. El pico de ruido ya no se concentra a primera hora de la mañana, con los desplazamiento al trabajo, sino a las 20 horas con por los aplausos solidarios, que llegan a unos 80 decibelios.

La Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica madrileña marca un límite de ruido para las zonas residenciales de 55 decibelios durante el día y 45 durante la noche, por lo que a pesar del estado de alarma y el confinamiento siguen sin cumplirse estas marcas salvo en las estaciones más cercanas a las zonas verdes madrileñas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera los 65 decibelios como el límite superior deseable.

No obstante, aunque la caída en decibelios no ha sido muy significativa, la disminución del tráfico, de los peatones y de la actividad comercial sí ha supuesto una percepción ciudadana de menor contaminación acústica entre la población, especialmente entre los vecinos de zonas de bares y fiesta con mucho ruido vespertino y nocturno como Malasaña, La Latina, Lavapiés, Chueca, Ponzano, Goya o Ibiza.

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