MADRID, 7 (EUROPA PRESS)

Una investigación de los grupos del CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN) en el Hospital de Sant Pau y la Universidad Autónoma de Barcelona demuestra la elevada selectividad de una nanomedicina basada en proteínas y creada por los propios investigadores, para la entrega dirigida de una toxina en las células tumorales para inducir su muerte selectiva, lo que han conseguido en un modelo animal con linfoma no-Hodgkin.

El estudio, que ha sido publicado en 'Haematologica', ha logrado producir un potente efecto antitumoral en un modelo animal con este tipo de linfoma. Así, se abre una nueva vía al tratamiento del linfoma difuso de célula B grande (LDCGB), el tipo de linfoma no-Hodgkin más prevalente, a través del empleo de nanopartículas que eliminan selectivamente las células responsables de su diseminación.

Esta nanopartícula puede ser desarrollada como un nanofármaco, con objeto de introducir un tratamiento nuevo, que podría ser utilizado en el 40% de pacientes con linfoma no-Hodgkin que no responden a la terapia actual, evitando los efectos adversos asociados al tratamiento convencional.

El equipo de investigadores, liderados por los miembros del CIBER-BBN del grupo de Ramón Mangues en el IIB Sant Pau y de Antonio Villaverde de la UAB, ha demostrado que este nanofármaco actúa solamente sobre las células de linfoma CXCR4 positivas capaces de diseminar y anidar en médula ósea y ganglios linfáticos.

La proteica contiene un ligando que identifica un receptor CXCR4 en la superficie de las células cancerosas en las que entra selectivamente, alcanzando una captación muy elevada del tumor y muy baja en el resto del cuerpo, que supera ampliamente la captación tumoral de los fármacos utilizados para este tipo de linfoma".

Este efecto selectivo del nanofármaco se debe a la interacción específica entre un péptido direccionador que contiene la nanopartícula proteica que transporta la toxina y el receptor celular CXCR4 que se encuentra altamente sobreexpresado en las células de linfoma.

Esta es la primera vez que se cuantifica la captación de una nanopartícula proteica en distintos órganos de una neoplasia hematológica, observando sorprendentemente que el 86% de la dosis administrada se acumula en células cancerosas, una mejora substancial si se compara con otras nanopartículas no proteicas u otros sistemas de direccionamiento de fármacos como los conjugados fármaco-anticuerpo, que solo alcanzan un 1% de la dosis en el tumor.

UNA TECNOLOGÍA DISRUPTIVA

Los investigadores apuntan que es una tecnología disruptiva que permite eliminar únicamente las células de linfoma, bloqueando su diseminación a los órganos sanos con posible afectación en este tipo de neoplasia, a la vez que evitar los efectos adversos asociados a los tratamientos convencionales. "La nanotoxina tiene un potente efecto antitumoral que evita además la toxicidad de los tratamientos habituales", indica Ramón Mangues.

Se ha observado que el receptor CXCR4 está sobreexpresado en más de 20 tipos diferentes de cáncer, entre ellos neoplasias hematológicas como la leucemia mieloide aguda o el linfoma difuso de célula B grande y tumores sólidos como los carcinomas de mama, próstata, endometrio, ovario o cabeza y cuello entre otros, asociándose con mal pronóstico. Sobre esta base, esta nanotoxina puede estar indicada en el tratamiento de diferentes tipos de cánceres, lo que la sitúa como una nanomedicina muy versátil que puede estar indicada en el tratamiento de numerosos tipos tumorales con alta prevalencia.

Actualmente no existen fármacos en el mercado que eliminen selectivamente las células responsables de la diseminación metastática, razón por la que el desarrollo de esta nanomedicina podría tener un alto impacto clínico después de que se hayan realizado los ensayos necesarios para aplicarse en humanos.

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