MADRID, 27 (EUROPA PRESS)

Neurorradiólogos intervencionistas han avisado de que desde que se ha declarado el estado de alarma por coronavirus se ha reducido hasta en un 50 por ciento las consultas por ictus isquémico y que, por miedo al contagio, muchas personas acuden a los hospitales cuando es "demasiado tarde".

"Esto puede ser debido a tres motivos: el colapso de los servicios de emergencias extrahospitalarias, el temor de los pacientes a contagiarse de Covid-19 al acudir a los hospitales y los factores relacionados con el cambio del estilo de vida que supone el confinamiento. En el caso de Asturias, en ningún momento se ha colapsado el sistema sanitario, por lo que probablemente influyen más los otros dos factores", ha dicho el responsable de la Unidad de Neurorradiología Intervencionista del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), Pedro Vega.

En este sentido, el experto ha pedido la colaboración de todos los profesionales sanitarios para tranquilizar a la población y trasladar el mensaje de que las Urgencias de los hospitales donde se recibe a los pacientes con sospecha de ictus están aisladas de las unidades de pacientes con Covid-19.

"Generalmente, se generan circuitos 'limpios' y 'sucios' para separar las zonas donde se ubica y trata a los pacientes Covid-19 positivos. Esto no solo sucede en el Servicio de Urgencias sino en todo el hospital, incluidas las unidades de cuidados intensivos (UCI) y las unidades de hospitalización y quirófanos. También se reservan equipos de radiología para tal fin. De esta forma, se evita que los pacientes negativos que consultan por otros motivos utilicen los mismos espacios que los pacientes positivos", ha añadido.

Asimismo, ha recordado que, a pesar del contexto actual, es primordial que la población sepa reconocer los síntomas del ictus y acuda a urgencias lo antes posible para evitar situaciones de discapacidad severa y mortalidad.

"Los más fácilmente detectables son la parálisis facial de origen central, los trastornos del lenguaje (expresión y comprensión) y la pérdida de fuerza del brazo y/o pierna de un lado del cuerpo. Por eso, en las campañas de detección precoz del ictus, se suele insistir en que el paciente sonría (detección de parálisis facial), que conteste a alguna pregunta concreta y diga qué es un objeto que se señala (detección de trastornos del lenguaje), y que levante y mantenga durante un tiempo los brazos y/o las piernas (detección de la pérdida de fuerza de las extremidades)", ha enfatizado el doctor Vega.

Las vías de diagnóstico y tratamiento de los pacientes con ictus isquémico agudo continúan funcionando con normalidad por lo que, a pesar de la pandemia, deben contactar con el 112 si aparecen síntomas sugestivos de ictus. Finalmente, ha insistido en la importancia de ganar tiempo para prevenir las secuelas del ictus.

"Tiempo es cerebro. Gran parte del tejido cerebral isquémico permanece sin dañarse durante una cierta cantidad variable de tiempo gracias al flujo arterial indirecto (colateralidad). Cuanto antes llegue el paciente a su hospital de referencia y reciba el tratamiento adecuado, se incrementan las posibilidades de que el tejido cerebral no se dañe de forma irreversible y, por lo tanto, de que el paciente se recupere bien clínicamente, sin secuelas", ha apostillado.

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