MADRID, 14 JUN. (Bolsamania.com/BMS) .- “¿Qué es peor, incertidumbre o pesimismo?”. Esta cuestión, de respuesta aparentemente lógica, no es sencilla de resolver en las bolsas, para las que, como todo el mundo sabe, “la incertidumbre es su peor enemigo”. Por eso, mientras el pesimismo de unos malos datos macroecómicos constantes imperaba en los mercados, los inversores contaban al menos con la certidumbre de que los bancos centrales seguirían estimulando la economía, de ahí la paradoja del “bad news, good news”, una reformulación del clásico “no news, good news” anglosajón. Como apunta el estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano, esa pregunta “puede sonar filosófica, pero no lo es, sino más bien psicológica, y los mercados son pura psicología (…) El pesimismo, claramente, se apoya en certidumbre, y los agentes de mercado pueden trabajar en un entorno de certidumbre”.

En las últimas semanas, en concreto, desde que el presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Ben Bernanke, dio a entender en mayo ante el Congreso de Washington que se planteaban ya cómo poner en marcha la estrategia de salida de esas medidas de estímulo, las bolsas se han tensado y han puesto en peligro el rally que protagonizan desde el pasado verano. La mejora en los datos macroeconómicos de Estados Unidos permite a la Fed plantearse el conocido como tapering (retirada de las medidas cuantitativas -QE) y los inversores tienen miedo de que la economía, por sí solo, consiga crecer porque, como advierte Martínez Campuzano, “dejar de caer no es lo mismo que crecer, aunque es un paso obligatorio. Este razonamiento esconde una elevada incertidumbre hacia el futuro”.

Y si la incertidumbre es el peor enemigo de las bolsas, las expectativas de futuro son su razón de ser. “Como muestra, un botón”: el mero compromiso del Banco Central Europeo (BCE) de que compraría deuda de los países de la Zona Euro con problemas de financiación disparó a las bolsas en verano, sin que hiciera falta que se activaran esas compras; y del mismo modo, pero en la dirección contraria, el temor todavía infundado de que los bancos centrales “salgan” de escena está provocando que se ponga en peligro ese potente rally.

Por eso es de vital importancia la reunión de la semana que viene de la Fed, por las pistas que puede aportar acerca de los planes de la entidad central estadounidense. En principio, la propia Fed ya estableció un objetivo concreto y cuantificado del que dependía empezar a subir los tipos de interés, desde los actuales “niveles excepcionalmente bajos”: un desempleo por debajo del 6,5%. En el Informe de Empleo del pasado mes de mayo, la tasa de paro registró una lectura del 7,6% así que, ciñéndonos al objetivo de la Fed, la subida de tipos aún parece lejana. Sin embargo, la compra de activos no aparece vinculada a esa meta en los comunicados de la Fed y, en cualquier caso, “aunque los tipos subieran, seguirían en 'niveles excepcionalmente bajos'”, ironiza el experto en Wall Street de Bolsamanía Jason Martin.

Bernanke sentirá la semana que viene sobre sí el peso de que el rally que se atribuye a su homólogo europeo, Mario Draghi (las bolsas comenzaron a subir en verano tras las “palabras mágicas” del presidente del BCE: “Haremos lo que sea necesario para preservar el euro y, créanme, será suficiente”), mantenga su sostenibilidad. Tras la reunión de dos días, martes y miércoles, se emitirá el habitual comunicado pero, además, como sucede cuatro veces al año, se lanzarán previsiones económicas y Bernanke dará una rueda de prensa. Los expertos de Deutsche Bank han analizado el comportamiento del mercado en función de si la reunión de la Fed ofrece después conferencia de prensa o no, y su conclusión es que en aquellas tras las cuales comparece Bernanke, los inversores tienden a descontar que va a hablar sobre la temida “estrategia de salida”. “Las ruedas de prensa tienen un importante rol clarificador, y lo demuestra el hecho de que cuando no hay conferencia con los medios, sino solo comunicado, el mercado se mueve menos”, concluyen. Por eso, Deutsche Bank cree que los anuncios sobre el inicio del tapering son más probables en septiembre que en julio u octubre, dos meses en los que Bernanke no ofrece rueda de prensa tras la reunión.

EUROPA A MEDIA MAÑANA

A media mañana, las bolsas europeas suben de media un 0,6%. Al analista técnico de Bolsamanía, José María Rodríguez, le gustan varias circunstancias que se están dando en el mercado a corto plazo: “Me gusta lo que está haciendo el Ftse, que está dibujando un 'martillo' justo desde la zona de nivel de los 6.215 puntos, que actuó como soporte el pasado mes de febrero y abril. Me gusta que el Mibtel ayer rellenaba justo al tick el hueco alcista del 22 de abril, en los 15.760 puntos. También me gusta el S&P que, por quinta vez, se está apoyando en la directriz alcista con origen en los mínimos de noviembre”. Esto, unido a lo que comentaba ayer sobre los futuros europeos (Cac 40 y Euro Stoxx 50 rebotaban ayer, también al tick, desde el nivel de ajuste/retroceso del 61,8% del rally alcista previo; y el futuro del Dax 30 intenta reestructurarse al alza desde el nivel de retroceso del 50%), le hace pensar que podríamos estar viendo el inicio de un fuerte movimiento de rebote.

María Gómez
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