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Lingotes y monedas de oro físico.DEGUSSA - Archivo

En un momento en el que las preocupaciones arrecian entre los inversores, el oro vuelve a erigirse como el activo refugio por excelencia. Aunque en las últimas semanas se ha movido de forma contenida, 20 dólares por arriba o por abajo de los 1.700 dólares, los expertos señalan que la tendencia al alza sigue en juego tras alcanzar su nivel más alto en más de siete años el mes pasado.

"El oro permanece intratable cerca de los 1.700 dólares por onza. (...) En caso de fuertes vientos en contra en el mercado, confiamos en que su precio pueda dar un salto a los 1.800 dólares sin demasiados problemas", anticipa Ipek Ozkardeskaya, analista de Swissquote Bank.

Algunas de las últimas declaraciones de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), han sido un acicate añadido para el oro. Powell ha dicho que la economía de EEUU se recuperará, pero también ha advertido de que nos enfrentamos a la peor recesión desde las II Guerra Mundial y ha pintado un panorama que ha llevado a que el oro se anime. El máximo responsable de la Fed volvió a descartar la semana pasada la posibilidad de tipos negativos en Estados Unidos, pero el mercado sigue especulando con ella dado lo complicado de la situación.

"Mientras este argumento especulativo siga vivo, la posibilidad de que el precio del oro toque la marca de los 2.000 dólares sigue siendo realista. Sin embargo, si la Reserva Federal acaba con este argumento porque la recuperación económica y la realidad del cononavirus empiezan a ir mejor, entonces podríamos estar ante un escenario muy diferente", reconoce Naeem Aslam, director de análisis de AvaTrade.

Tras el anuncio de la bancarrota de Lehman Brothers, el 15 de septiembre de 2008, el oro se disparó un 151% y alcanzó los 1.920 dólares tres años después. "Con los tipos de interés cercanos o por debajo de cero y unos estímulos fiscales y monetarios que se espera sean mucho mayores que durante la gran crisis financiera de 2008, es posible que pronto encontremos al metal precioso volviendo a alcanzar los máximos de 2011 de 1.920 dólares", admite Hussein Sayed, estratega jefe de FXTM.

Si se repite un patrón similar, Sayed cree que el metal precioso incluso podría llegar a 3.500 y hasta 4.000 dólares en los próximos tres años. "Aunque la historia no siempre se repite, hay muchos ingredientes para ver al oro subir. Los tipos de interés se mantendrán extremadamente bajos durante un período prolongado, las acciones están caras, los bonos soberanos son aún más costosos, y sigue habiendo mucha incertidumbre sobre cómo y cuándo saldremos de esta crisis. El oro debería estar en la mayoría de las carteras, incluso para aquellos inversores que son alcistas en los activos de riesgo", reconoce este experto.

Desde una perspectiva técnica, el oro sigue inmerso dentro de una clara tendencia favorable de fondo. "Y en el corto plazo le tenemos dentro de un impecable triángulo simétrico, de implicaciones alcistas. Parece inminente un ataque a la resistencia de los 1.747 dólares (máximos anuales) y, por encima, tenemos los 1.800 dólares y los máximos históricos en los 1.920 dólares", explican los expertos de Bolsamanía.

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