- Asegura que gracias a los bomberos se 'evitó una catástrofe que arrasara' Azca
Cuando se cumplen 10 años del incendio del edificio Windsor en el centro de Madrid, el exalcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón se muestra tajante: “No hubo espías ni visitas en el edificio, fue un efecto óptico”. De esta manera, Gallardón quiere zanjar el debate sobre las supuestas siluetas que se veían en el interior del rascacielos y que han servido para alimentar la polémica sobre el incendio más mediático de los últimos años.
“Cuando se dio por perdido el Windsor, la principal preocupación fue salvar Azca, y el gran trabajo de los bomberos evitó que se propagara a otros inmuebles”, explica Gallardón en una entrevista en El Mundo. “Los bomberos, de una forma inteligente, utilizaron todos los medios, muchísimos medios, en enfriar los edificios colindantes”, añade.
No hubo nadie visitando ese edificio, ni agentes del Mosad como se llegó a escribir
A lo largo de esta década mucho se ha polemizado con las supuestas siluetas que se apreciaban en el interior del edificio justo en el momento que comenzó el incendio. A este respecto, Gallardón se muestra tajante: “No hubo nadie visitando ese edificio, ni agentes del Mosad, como se llegó a escribir. Ni siquiera bomberos en el momento en que aparecieron esas imágenes, porque estaba completamente evacuado el edificio y controlado el perímetro para que nadie pudiese entrar. Eso se lo puedo garantizar. Fueron efectos ópticos”, destaca en su entrevista en el diario de Unidad Editorial.
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EL DESMANTELAMIENTO DEL WINDSOR
Después de sofocar el incendio, que provocó una columna de humo visible en varios kilómetros de distancia, las tareas se centraron en el desmantelamiento de la estructura del rascacielos que hoy se ha convertido en una ampliación del centro comercial de El Corte Inglés en Nuevos Ministerios. "El consejo que nos dieron es que se procediera a un desmantelamiento de la forma más ordenada y rápida posible. Sorprendió en la opinión pública la tranquilidad de que ahí teníamos una herida pero no una amenaza", concluye Gallardón.
Años después, la polémica sobre el incendio de Azca continúa y muchas han sido las teorías de una conspiración para reducir a cenizas uno de los emblemas del corazón financiero de Madrid.
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