• El problema de la inmigración, con sus derivadas en Alemania e Italia, estará muy presente
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Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo.EU

Bruselas sienta este jueves a la mesa a los veintisiete líderes de la Unión Europea (UE) con la intención de encontrar consensos sobre un futuro presupuesto común en la Eurozona, la reconversión del fondo de rescate y una solución común a la grave crisis migratoria que sufre el continente. Todo ello bajo el ferviente euroescepticismo que germina al sur de Europa y los mínimos avances que han experimentado las negociaciones del Brexit.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, anunciaron la semana pasada una posición conjunta sobre la reforma de la zona euro que incluye un presupuesto común para sus miembros. El acuerdo, hace meses inviable por las reticencias alemanas, será presentado ante el resto de interesados en el Consejo Europeo este jueves. En concreto, este presupuesto entraría en vigor en 2021 y sería paralelo al plurianual de la UE, con la intención de favorecer la competitividad y convergencia entre países, y recursos que procederán tanto de contribuciones nacionales como de fuentes europeas e ingresos impositivos varios.

Los últimos desafíos que el líder de la 'Liga Norte', Matteo Salvini, ha planteado sobre la política migratoria común presentan un clima tenso y una posición agresiva de Italia en el encuentro de Bruselas

Otro de los temas a tratar será la reconversión del fondo de rescate (MEDE) en una versión europea del Fondo Monetario Internacional (FMI). Un cortafuegos que dotará a la zona euro de un "instrumento extra" para mejorar su "estabilidad" y afrontar "problemas de liquidez" futuros, explicó Merkel la semana pasada. La propuesta de creación de un Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) que aporte un respaldo monetario frente a futuras quiebras bancarias, así como la formalización de 'eurobonos' bajo un Tesoro común parece continuar sin conseguir el beneplácito de la canciller germana o de cualquiera de sus vecinos del norte.

El ministro de Exteriores, Josep Borrell, ya ha declarado su visión pro-europeísta y en favor de las reformas que culminen en una mayor convergencia y mutualización de los riesgos. Visión a la que se oponen los países nórdicos y Holanda en un nuevo capítulo que enfrenta al norte y al sur del bloque, a contribuyentes y beneficiarios.

Italia, por su parte, mantendrá su compromiso con el euro por ahora. Tras la formación de un Gobierno transalpino con claros tintes euroescépticos, el nuevo ministro de Finanzas, Giovanni Tria, quiso tranquilizar recientemente a los mercados con un mensaje claro: "La posición es unánime, no hay dudas sobre el euro". No obstante, los últimos desafíos que el líder de la 'Liga Norte', Matteo Salvini, ha planteado sobre la política migratoria común, cerrando sus puertos y asegurando que ninguna ONG que opere en el Mediterráneo "tocará suelo italiano", presentan un clima tenso y una posición agresiva de Italia en el encuentro de Bruselas.

POCAS POSIBILIDADES DE ACUERDOS

El director de análisis de Bankinter, Ramón Forcada, cree que lo más probable es que "no salga ninguna resolución tangible" de esta reunión, una idea que comparten la mayoría de expertos. Los proyectos económicos muy probablemente quedarán relegados a un próximo encuentro mientras que en éste la inmigración y sus derivadas, junto con las tensiones comerciales tras las decisiones tomadas por Donald Trump, serán los principales temas a debate.

"Es posible que veamos una UE muy dividida, en la que sólo Emmanuel Macron parece ser un firme defensor de la cooperación más estrecha de la UE en términos económicos, de seguridad y migración", advierten los expertos de Danske Bank. "El comercio también se debatirá a la luz de las recientes tensiones comerciales mundiales y crecientes. Se espera que el Consejo subraye la importancia del sistema multilateral basado en normas, pida que se mejore el funcionamiento de la Organización Mundial del Comercio y destaque la positiva agenda comercial de la UE", añaden estos analistas.

La cumbre, que se extenderá a lo largo de mañana viernes, se planteó en su origen para hacer frente a las desigualdades entre los distintos países de la región europea en cuanto al asilo de migrantes. Ahora, la cita ha adquirido una urgencia inesperada ya que una crisis política, que tiene mucho que ver con la inmigración, amenaza el Gobierno de Angela Merkel, mientras que Italia se niega a admitir a los migrantes rescatados en el mar.

"Es un momento muy importante en el que los países tienen que hablar, porque además de las crisis a nivel europeo, hay crisis políticas a nivel interno en varios países", advierte el profesor Andrea Betti

"Es un momento muy importante en el que los países tienen que hablar, porque además de las crisis a nivel europeo, hay crisis políticas a nivel interno en varios países que tienen que ver tanto con la inmigración como con el propio proyecto del euro", advierte Andrea Betti, profesor de Relaciones Internacionales de Comillas ICAI-ICADE.

Italia y Alemania llegan a esta reunión clave ocupando puestos de claro protagonismo. Italia ya ha manifestado su postura radical con la inmigración desde que el nuevo Gobierno extremista, con Salvini como ministro de Interior, tomara las riendas del país. Su postura actual muestra que no tiene ninguna intención de ceder a las presiones europeas. "Los problemas que puede crear Italia a la Unión Europea tienen que ver, sobre todo, con la inmigración", señala Andrea Betti, quien no considera que la posición extremista del nuevo Ejecutivo, que se extiende también a su visión del conjunto del proyecto europeo, vaya a poner a éste en peligro. Al respecto, Ramón Forcada afirma tajante que es "imposible" que ningún país salga del euro y que Italia tampoco va a hacerlo. "En la práctica es imposible abandonar (el euro) a menos que quieras que el PIB del país sufra un impacto negativo del 30% o 40%", avisa el responsable de análisis de Bankinter.

Los problemas que pueda generar la situación política actual de Alemania preocupan especialmente. Merkel llega a esta cita debilitada y esta circunstancia transmite una sensación de que el proyecto europeo está "descabezado", subraya Betti. Las presiones del partido CSU, con el que gobierna en coalición la canciller, para que ésta radicalice su postura sobre la inmigración entrañan un riesgo de que el Gobierno alemán colapse, aunque tanto Betti como Forcada creen que en Alemania prevalecerá el interés de Estado y el Gobierno persistirá.

Aun así, esta situación debilita claramente a Merkel y con ella su papel como líder europea. "Es difícil que pueda seguir tomando decisiones contundentes, especialmente respecto al flujo de refugiados, a nivel europeo como venía tomando", precisa el profesor de la Universidad de Comillas.

ACUERDO DE MÍNIMOS SOBRE LA INMIGRACIÓN

Uno de los temas clave de este encuentro será la inmigración después de la 'mini-cumbre' de 16 países que se celebró el domingo pasado y que concluyó sin ningún acuerdo, con los reproches de Italia al resto de socios europeos y con algún acercamiento.

"La inmigración es un problema muy importante porque tiene el potencial de separar a los países de la Unión Europea", señala Betti

En esta ocasión, se espera que los líderes europeos se pongan de acuerdo, en principio, sobre las llamadas 'zonas de desembarco' en los países africanos a lo largo de la costa mediterránea, a las que la mayoría de los migrantes rescatados en el mar serían devueltos. La idea obtuvo el apoyo de la mitad de los líderes del bloque en esa cumbre del pasado domingo.

"La inmigración es un problema muy importante porque tiene el potencial de separar a los países de la Unión Europea, creando intereses distintos a veces contrapuestos. Los países que tienen mucha costa no tienen el mismo interés que los países de Europa oriental", explica Andrea Betti. "Los países de Europa del sur tienen un problema de protección de fronteras mientras que los de Europa oriental tienen el interés principal en que no se cree, a nivel europeo, un sistema para colocar a los inmigrantes de manera automática entre todos los países. Es muy importante que haya un intento de solidaridad a nivel europeo", apunta este experto.

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