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Los españoles no han matado a los planes de pensiones todavía, pero su vida puede depender de otro protagonista. Más de la mitad de los trabajadores sigue teniendo interés en ellos, a pesar de los recortes en las deducciones de las aportaciones. Eso sí, para decidirse a abrir uno ponen una condición: que la empresa también contribuya en el ahorro para su jubilación.

El 31% de los empleados estaría dispuesto a invertir una media de 212 euros de su salario en un plan de pensiones cuando la empresa doble esta cantidad, según el informe 'Tendencias en Beneficios Sociales 2021' elaborado por Cobee, que añade que el 63% de los encuestados reconoce tener interés en contar con planes de pensiones entre los beneficios ofertados por su empresa, afirmando la mitad de ellos haber visto incrementado su interés en este tipo de compensación en los últimos meses.

"Ante la nueva situación, este tipo de compensación ofertada por las empresas se propone como la mejor solución para aquellos que quieran sacar el máximo partido a su plan de jubilación", señalan. Y es que los últimos cambios en el sector dejan entrever una tendencia hacia los planes de empresa semiobligatorios, cuyo modelo es similar al impuesto en Reino Unido. Allí, desde 2012 se aplica el denominado "automatic enrolment" como medida para garantizar una renta en la jubilación.

Se trata de un sistema de previsión social empresarial por el que los empresarios británicos están obligados a adherir automáticamente a sus empleados que cumplan con unas condiciones determinadas mínimas (mayores de 22 años y con un salario superior a 10.000 libras) a algún plan o instrumento de pensiones. "Una de las principales ventajas es que es obligatorio para las empresas, pero opcional para los empleados".

Hay que recordar que en España, desde este año, se recorta hasta los 2.000 euros la aportación máxima de los planes de pensiones individuales con derecho a deducción en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), desde los 8.000 euros en los que se establecía el límite hasta ahora, como aparece reflejado en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Una reducción que "va a producir que aquellas personas que vinieran aportando más de 2.000 euros anuales tengan que reducir sus aportaciones a planes de pensiones y buscar otras opciones", afirman los expertos del Instituto BBVA de Pensiones.

Sin embargo, en los planes de empleo la desgravación máxima sube de los 8.000 euros a los 10.000 euros. "Se trata de una rebaja drástica con la que se pretende incentivar y favorecer los planes de empleo por lo que, a partir de ahora, quienes quieran sacar el máximo provecho a un plan de jubilación, deberán hacerlo a través de su empresa", destacan en Cobee, añadiendo que "los cambios en la regulación han contribuido a generar ese sentimiento de inseguridad entre los trabajadores y líderes empresariales, ya que deja muchas dudas en el aire sobre cómo será la contribución pública a nuestra futura economía. Teniendo en cuenta este contexto, los planes de beneficios que ofrecen las empresas a sus empleados toman más importancia que nunca".

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