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Dos mujeres protegidas con mascarilla a las afueras del Hospital de la Paz.Eduardo Parra - Europa Press

El debate está servido. La situación que viven las bolsas actualmente se compara ya con el caos producto de los terribles atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, y entonces las autoridades decidieron cerrar las bolsas allí hasta el 17 de septiembre. Visto lo visto, ya hay quien pide que se haga lo propio ante el caos generado por la crisis del coronavirus, para poder así evitar las fortísimas pérdidas que se están viendo y que contribuyen a alimentar y generar más temor y desconcierto.

Quienes quieren que las bolsas se cierren, lo defienden 'a capa de espera', lo mismo que los que no quieren que eso ocurra. Aquí no hay medidas tintas ni grises. O se cierran o se quedan abiertas, y cada uno expone con vehemencia sus argumentos.

"Tenemos que cerrar temporalmente los mercados porque hay una parálisis económica generalizada que ha venido sobrevenida", reclama Pablo García, director de análisis de Divacons Alphavalue. "El mercado lo que está cotizando es el pánico por la incertidumbre. Esto es una situación excepcional. Si hemos cerrado el espacio aéreo y hemos paralizado la economía, vamos a cerrar los mercados porque no están reflejando ni expectativas razonables ni miedos razonables y podrían provocar una crisis brutal", argumenta. "Si cerramos los mercados con el 11 de septiembre, cómo no vamos a cerrarlos cuando hay una parálisis global", insiste.

Guisela Turazzini, co-fundadora de Blackbird, difiere diametralmente de García. En su opinión, "cerrar el mercado no es una opción". Las caídas de las bolsas han provocado reacciones por parte de gobiernos y bancos centrales. "El mercado regula ineficiencias y las decisiones, a veces impopulares, dejan de tomarse si se evita al mercado. Por ejemplo, en 2012 vimos que, tras la QE de Draghi, España paralizó las reformas", explica Turazzini. Remarca esta experta que el mercado existe para dar liquidez a los inversores. "Si cerramos el mercado, dejamos sin liquidez a parte importante de la economía. Por lo tanto, aunque me parece razonable frenar a los bajistas en épocas de pánico (la CNMV prohibió los cortos este pasdado viernes), no nos parece adecuado que se cierren las bolsas", concluye.

José Luis Fernández-Figares, analista jefe de la firma Link Securities, es de la misma opinión que Turazzini. "(El cierre) me parece excesivo. Siempre tienes que permitir que los inversores deshagan posiciones, en cualquier contexto. Lo que sí me parece bien es impedir posiciones cortas por un tiempo, para evitar males mayores, aunque el daño en este caso ya está hecho y la medida llega tarde", precisa.

La idea de que el daño ya está hecho y de que había que haber tomado medidas antes es una de las más repetidas. Juan Carlos Costa, experto independiente e inversor, afirma que "ya han destrozado el mercado". "Si no se ha cerrado antes, para qué ahora. Había que haberlo cerrado de primeras", explica. "Hay que olvidarse un tiempo de la bolsa. El daño que han hecho es irreparable", concluye.

UNA SEMANA DIFÍCIL DE OLVIDAR

Los inversores vivieron una semana pasada que no olvidarán en mucho tiempo y ésta pinta similar (amanecemos con un recorte sorpresa de tipos por parte de la Fed hasta el 0%-0,25%). El aumento de medidas contra el coronavirus por fin ha hecho que los ciudadanos -también los que invierten en bolsa- sean conscientes de la gravedad de la situación. Se han prohibido vuelos, se han cerrado colegios, los países están confinados, los bancos centrales no paran de tomar medidas... y, sobre todo, se repite hasta la saciedad el mensaje de que estamos ante una pandemia que no se frenará si la población no es responsable.

El problema con las bolsas es que algunos creen que retroalimentan el caos y por eso sostienen que es mejor cerrarlas. Cuantas más medidas se anuncian contra el virus, más miedo tienen los inversores, más caen las bolsas y más miedo generan esos desplomes a nivel social. Difícil parar esta espiral y difícil acertar con las medidas. La CNMV optó por prohibir los cortos el pasado viernes y el Ibex se disparó. La cuestión es si esto es 'pan para hoy y hambre para mañana'.

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