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Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI

Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha pedido a los países que apliquen un impuesto al carbón para luchar contra el calentamiento global.

"La mejor manera de avanzar es ponerle precio al carbón. Países como Chile, Colombia y Sudáfrica implementaron recientemente impuestos al carbón; y China está a punto de lanzar un sistema de comercio de emisiones. Estas iniciativas alentarán a los hogares y las empresas a usar menos energía y cambiar a combustibles más limpios", ha señalado en su discurso 'Nuevas formas de solidaridad', pronunciado en el Vaticano.

Según sus cálculos, el precio global del carbón deberá aumentar 2 dólares por tonelada, hasta 75 dólares, para mantener el calentamiento global por debajo de 2 grados. "Esta transición debe ser justa y favorable al crecimiento. Por ejemplo, los ingresos por impuestos al carbón se pueden utilizar para proporcionar asistencia inicial a los hogares más pobres, reducir los impuestos onerosos y apoyar las inversiones en salud, educación e infraestructura", ha dicho la dirigente.

No obstante, Georgieva ha reconocido que gestionar la transición a un mundo sin carbón no será fácil. Y ha puesto como ejemplos activos como "las reservas de petróleo, carbón y gas, que podrían quedar inutilizables". Según algunas estimaciones, los costes potenciales de devaluar estos activos oscilan "entre 4 y 20 billones de dólares".

Como oportunidad, el FMI estima que la transición hacia una economía baja en carbono podría requerir inversiones valoradas en 2,3 billones de dólares anuales en el sector energético durante la próxima década.

En su opinión, hacen falta muchos más esfuerzos para reducir las emisiones de carbón y compensar lo que no se puede reducir. "La realidad es que nuestra especie solo puede prosperar si nuestras actividades están en equilibrio con nuestro entorno natural", ha remarcado.

Según ha comentado Georgieva, los pobres a menudo son más vulnerables a las crisis climáticas. El Banco Mundial estima que, a menos que se modifique la ruta climática actual, "100 millones de personas adicionales podrían estar viviendo en la pobreza extrema en 2030", ha destacado.

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