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La banca tradicional tiene una nueva amenaza. Por si no tuviera suficiente con lidiar con sus más directos competidores y las nuevas entidades digitales, ahora se les suma otro nuevo frente: las compañías de negociación de acciones que quieren convertirse en una alternativa viable de banca digital. De momento, ya hay una que lo ha hecho realidad: Robinhood.

La aplicación estadounidense, en funcionamiento desde hace cinco años, es popular gracias a su servicio de compraventa de acciones de manera gratuita. Desde la pasada semana, también, ofrece a sus clientes cuentas corrientes y de ahorro sin ningún tipo de comisión, con una remuneración del 3% sin necesidad de tener un saldo mínimo y con la posibilidad de disponer de una tarjeta de débito emitida por Mastercard.

La compañía ha dado un paso más, pero aún le queda convertirse en una institución bancaria autorizada. Para prestar este servicio a sus clientes tira de su licencia de agente de bolsa, con la garantía de la Corporación de Protección del Inversor de Valores (SIPC). Esto supone que asegura los depósitos de efectivo hasta 250.000 dólares. Tanto los 6 millones de usuarios de Robinhood como cualquiera que lo desee puede registrarse directamente para abrir una cuenta sin obligación de negociar acciones.

"Queremos construir una compañía de servicios financieros que democratice el sistema en EEUU", afirma su consejero delegado, Baiju Bhatt. Para ello, su objetivo es "crear una experiencia completamente digital para poder reducir los gastos generales y así poder devolver más valor a los clientes". "Las cuentas de ahorro en EEUU pagan una media del 0,09% y todos sabemos que los bancos están ganando mucho más que eso con los depósitos. Con Robinhood, ganas un 3%, por lo que si miras a la familia media estadounidense, que tiene alrededor de 8.000 dólares en ahorros, ganarían 240 dólares al año", explica.

La compañía ha dado un paso más, pero aún le queda convertirse en una institución bancaria autorizada

Este modelo, según los analistas, "se está abriendo camino en el mercado de servicios financieros" y podría llegar a afectar a grandes entidades como Wells Fargo o Bank of America, puesto que consideran que es un trato bastante bueno en comparación con otros bancos líderes que cobran comisiones y ofrecen tipos de interés mucho más bajos. Creen que existe una gran oportunidad para que una empresa como esta interrumpa en la forma en la que almacenamos el dinero.

Pero si el grupo no cobra nada por sus servicios, cabe preguntarse dónde está la ganancia. Según Robinhood, espera hacerlo gracias a la inversión de su dinero en bonos del Tesoro de EEUU y otras deudas a corto plazo y de bajo riesgo, además de a una participación en los ingresos que tenga Mastercard por las tarifas que se cobran a los comerciantes cuando realiza la transacción con tarjeta.

Hasta aquí, parece que el grupo lo tiene todo ganado. No obstante, aunque creen que este producto "suena bien", desde Bloomberg muestran sus dudas. Y tienen su explicación. "Su estrategia para ganar dinero es invertir en letras del Tesoro estadounidenses, pero el interés de los bonos a tres meses sigue subiendo a medida que la Reserva Federal (Fed) restringe la política monetaria. La economía de EEUU inevitablemente se desacelerará en algún momento y la Fed recortará los tipos de interés. En ese momento, Robinhood tendrá dos opciones: reducir la remuneración del 3% o invertir en valores de mayor riesgo para mantener el interés por encima del mercado".

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