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¿Están los países más pequeños en desventaja frente a los grandes en un mundo cada vez más competitivo? La relación entre el tamaño de un estado y su éxito económico ha sido objeto de numerosos estudios que han demostrado que, de media, los países pequeños no solo tienden a ser más prósperos, sino que también tienen un mayor desarrollo.

El último informe de Credit Suisse Research Institute (CSRI) recoge que la receta del éxito de estas naciones radica principalmente en su apertura económica, lo que les permite compensar las desventajas derivadas de su tamaño.

Al mismo tiempo, esa apertura significa que deben estar especialmente atentos a los impactos que pueden amenazar su bienestar económico para desarrollar estrategias que favorezcan su resiliencia.

"Los países pequeños han sido capaces de compensar sus desventajas de tamaño mediante la apertura económica. Esta interconexión también ha hecho que las dimensiones físicas del poder, que históricamente habían estado vinculadas al tamaño del territorio y la fuerza militar, sean menos importantes, lo que ha resultado en un menor riesgo de conflictos. En un entorno así de estable, se hizo más fácil ser pequeño y exitoso", explica Sara Carnazzi Weber, Head of Swiss Economics de Credit Suisse.

Sin embargo, en el mundo han surgido nuevos desafíos, como la reordenación de las relaciones internacionales, los riesgos de pandemias y el cambio climático, "por lo que los países pequeños deben estar especialmente atentos a los impactos globales que podrían amenazar su bienestar económico", añade la experta.

En este escenario, los países pequeños presentan a menudo un alto grado de vulnerabilidad económica, acompañada de una gran dependencia del resto del mundo como, por ejemplo, un fuerte peso del comercio internacional, concentración de importaciones y exportaciones, o una alta dependencia de las importaciones de energía y de capital humano extranjero.

No obstante, según destaca el estudio de Credit Suisse, esta vulnerabilidad suele ir de la mano de una alta resiliencia económica, ya que los países pequeños desarrollan estrategias para superar sus vulnerabilidades mediante una alta estabilidad macro, diversificación económica, solidez financiera del sector privado y una alta capacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes de la economía.

CLAVES DEL ÉXITO

Para tener éxito, los países pequeños deben integrarse en la economía mundial, lo que a su vez implica estar expuestos a shocks económicos.

Esto subraya la necesidad de fortalecer la resiliencia de sus economías, mejorando, por un lado, su solidez, es decir, la capacidad de resistir y absorber los impactos económicos y, por otro, fortaleciendo su preparación económica, esto es, su capacidad para adaptarse a circunstancias cambiantes y responder a impactos futuros

La apertura económica es un requisito indispensable para la prosperidad, sobre todo para los países más pequeños ya que, al integrarse en la economía mundial, "pueden mitigar las deseconomías de escala derivadas de su tamaño limitado", señalan desde Credit Suisse.

Otro aspecto destacado es que la erosión de la soberanía estatal parece afectar más a los países pequeños que a los grandes, por lo que los primeros deberían seguir preservando aquellas partes de la soberanía que constituyen un requisito previo para promover y proteger sus nichos económicos.

En este sentido, la neutralidad es un aspecto distintivo de la soberanía de algunos estados de menor tamaño, "conscientes de que su propia autoridad en la elaboración de leyes y decisiones económicas ha sido y seguirá siendo crucial para que sigan las estrategias que conducen al éxito económico", indican los analistas de la entidad helvética.

PAÍSES EN EL PUNTO DE MIRA

El estudio de Credit Suisse pone el foco en 5 países pequeños que representan casos diversos y cómo sus características únicas tienen importantes implicaciones en su capacidad de resistir los shocks económicos.

GRECIA

Grecia tiene una red comercial bien diversificada, con Alemania e Italia como principales socios comerciales, a los que han sumado China y Rusia, aunque estas últimas relaciones han expuesto su economía a posibles riesgos geopolíticos.

La economía griega depende en gran medida de sus dos sectores principales, el turismo y el transporte marítimo, lo que ha provocado una falta de diversificación económica. Sin embargo, el principal desafío del país en términos de resiliencia radica en su situación fiscal.

"Su relación deuda/PIB es una de las más altas del mundo, lo que deja al gobierno con un margen limitado para invertir en áreas cruciales como las políticas sociales y la infraestructura, lo que hace que el país muestre un mayor riesgo a los impactos externos", aseveran desde Credit Suisse.

A pesar de los desafíos, el país heleno ha registrado algunos avances positivos en los últimos años. La administración actual ha recortado los impuestos corporativos y ha aumentado las pensiones y el salario mínimo.

IRLANDA

Irlanda es vulnerable en muchos sentidos. Sus exportaciones e importaciones dependen en gran medida de una gama limitada de industrias y su comercio con socios como EEUU, Bélgica, Alemania y Reino Unido.

El país también se enfrenta a desafíos importantes en materia energética, lo que le convierte en uno de los estados de la UE más dependientes de la energía.

Con todo, el crecimiento económico de Irlanda ha sido impresionante, emergiendo como una de las economías de más rápido crecimiento en Europa.

"Este notable desarrollo, conocido como el fenómeno del 'tigre celta', se atribuye en gran medida a la afluencia de grandes corporaciones internacionales que eligieron establecer su sede europea en Irlanda", valoran en la entidad suiza.

Asimismo, ponen de manifiesto que, a pesar de enfrentar desafíos durante la crisis financiera mundial de fines de la década de los 2000, Irlanda se recuperó y aprendió algunas lecciones valiosas: "El país redujo la carga de su deuda e implementó reformas críticas que priorizan la política social".

PAÍSES BAJOS

Países Bajos es uno de los estados económicamente más abiertos y con amplias actividades comerciales gracias a sus aeropuertos, puertos marítimos y un sistema vial y ferroviario muy avanzado.

No obstante, la eficiencia del mercado del país se ve algo empañada por la abundancia de requisitos de permisos y regulaciones para las empresas.

"En general, estos factores contribuyen a que los Países Bajos sean considerados un país socialmente avanzado y con visión de futuro, atributos que lo ayudan a superar desafíos como los cambios demográficos o las fluctuaciones económicas", opinan en Credit Suisse.

NORUEGA

Noruega depende en gran medida de unos pocos productos de exportación (energía) y de un grupo seleccionado de socios comerciales, como Reino Unido y Alemania.

"Si bien esta concentración de exportaciones expone a Noruega a fluctuaciones en la demanda mundial, la relativa inelasticidad de los precios con respecto a la demanda de combustibles y la sólida reputación del país en cuanto a productos de alta calidad le han permitido mantener una demanda constante de sus productos", estiman desde la entidad radicada en Zúrich.

Fortalezas como su baja desigualdad y alta movilidad social, buena gobernabilidad, capital humano bien cualificado y unos niveles de deuda pública relativamente bajos, combinados con su alta estabilidad macro, hacen de Noruega "un país notablemente resistente".

SUIZA

Suiza tiene una dependencia relativamente baja de las importaciones de energía, aunque sus estrechos vínculos con otros países le hacen vulnerable a las fluctuaciones del comercio mundial.

Su socio comercial clave es la UE y su mercado de artículos de lujo como los relojes es particularmente susceptible a las interrupciones. "Durante la última década, por ejemplo, eventos como las medidas anticorrupción en China o la aparición de los relojes inteligentes han representado importantes desafíos para la industria relojera suiza", matizan en Credit Susse.

Las empresas que operan en el país se benefician de mercados eficientes, una excelente infraestructura y regulaciones favorables a los negocios con impuestos corporativos relativamente bajos. De hecho, alberga 14 de las 500 principales empresas en términos de capitalización de mercado.

Suiza también cuenta con una fuerza laboral preparada a nivel educacional, con un alto grado de igualdad y movilidad social. Sin embargo, el ranking de estabilidad financiera del país es relativamente bajo, principalmente debido a la gran cantidad de deuda de los hogares en hipotecas.

"A pesar de tipos de interés relativamente bajos, estas deudas se amortizan lentamente, lo que contribuye a la puntuación más baja", sostienen desde Credit Suisse que, a pesar de ello, sitúan al país como el más resistente a nivel económico.

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