
Ante las crecientes incertidumbres tanto externas como internas, es probable que, en 2025, el crecimiento de la eurozona siga siendo moderado.
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Así lo ven en Barclays, donde aseguran que "la política monetaria probablemente seguirá siendo la herramienta disponible para evitar que la zona euro caiga en una recesión".
A su parecer, el Banco Central Europeo (BCE) continúa siendo clave, además de para estabilizar la inflación en el objetivo, para apoyar la actividad económica, en un momento en el que los hogares y las empresas de las dos principales economías del Viejo Continente se enfrentan a una incertidumbre política y de políticas internas.
A lo que se suma, también, las incertidumbres geopolíticas y comerciales derivadas de las posibles actuaciones de la administración del presidente de EEUU, Donald Trump. Y ambas circunstancias puede que sigan limitando el crecimiento del consumo y la inversión.
"El ciclo manufacturero de la zona euro paralizado por vientos en contra estructurales a la competitividad, los efectos persistentes de los precios más altos de la energía, la creciente incertidumbre y el debilitamiento de la demanda" son efectos del endurecimiento de la política monetaria.
A falta de conocer el dato del último trimestre del año, entre julio y septiembre, el Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona creció a un ritmo del 0,4%, el doble que en el segundo trimestre, según las cifras de Eurostat.
Vaticinan que que el Consejo de Gobierno de BCE continuará bajando los tipos de interés "gradualmente y en parte de manera retrospectiva". En consecuencia, siguen pronosticando que se reducirán por debajo de las estimaciones neutrales "para evitar una inflación persistentemente inferior a la real en un contexto de debilitamiento del impulso económico y elevada incertidumbre interna y externa".
Calculan que el organismo europeo recortará aún más los tipos de interés en 25 puntos básicos en cada reunión de política monetaria en el primer semestre y que después vendrán dos recortes adicionales de 25 puntos básicos en septiembre y diciembre de 2025, con la tasa de depósito en un valor terminal del 1,5%.
En lo referente a la inflación, su perspectiva general sobre la tasa básica se mantiene intacta, con lo que continúan esperando que el impulso secuencial en los bienes básicos aumente gradualmente, mientras que el impulso secuencial en los servicios debería moderarse, particularmente a la luz de los restablecimientos de precios en enero.
"Dicho esto, esperamos una inflación general ligeramente más alta", aseguran. Por el momento, el Índice de Precios de Consumo (IPC) de la zona euro cerró 2024 subiendo hasta el 2,4%, registrando el mayor repunte de los precios desde el pasado mes de julio, mientras que la tasa subyacente se situó en el 2,7%.