• Hay dos millones de partícipes, un 25% más que hace diez años
  • Los planes de pensiones de empleo son más rentables que los individuales
emprendedores, trabajo, empleo

El objetivo está claro: hay que concienciarse de buscar alternativas de inversión para complementar las pensiones públicas. Y aunque siempre se piensa en los planes individuales, hay otra palanca que sigue progresando lentamente: la de los planes de empleo.

En España hay unos 35.000 millones de euros invertidos en este tipo de planes, cantidad que ha aumentado en torno al 15% desde que comenzó la crisis en 2007, cuando había unos 30.000 millones invertidos, según los datos registrados por la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco).

Por otro lado, cuentan con 2,02 millones de partícipes, frente a los más de 17 millones de afiliados a la Seguridad Social que hay en España. Aunque la proporción parece desequilibrada, el número de partícipes ha crecido un 25% en la última década, aunque el crecimiento se ha estancado en el último lustro.

En España hay unos 35.000 millones de euros invertidos en este tipo de planes

Además, llama la atención que el número de empresas que tienen contratado un plan de pensiones de empleo para sus trabajadores sea de unas 13.800, frente a un total de 3,23 millones de empresas, según el directorio central de empresas (DIRCE) del Instituto Nacional de Estadística (INE). En este sentido, Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, explica que en los últimos años se viene observando un “estancamiento” en la cifra, ya que las empresas no quieren asumir “nuevos compromisos”.

En España, por tanto, sigue habiendo margen (y mucho) para progresar en este terreno. Sobre todo, porque en un contexto marcado por la creciente presión que sienten las pensiones públicas, la misión de los planes de empleo es clara: “Actúan como complemento a las pensiones de la Seguridad Social y a una serie de ayudas ante posibles imprevistos”, indican desde Mapfre.

“Este producto es uno de los instrumentos de previsión social complementaria de los que dispone la empresa para facilitar el ahorro de sus empleados para el momento de la jubilación, así como para proteger a sus empleados y familiares en caso de fallecimiento, incapacidad permanente y dependencia”, subraya Kristof Vanooteghem, director de Empresas de AXA España.

MÁS RENTABLES QUE LOS INDIVIDUALES

Como en cualquier otro producto financiero, en los planes de empleo la rentabilidad también es clave. Más que nada, porque las estadísticas evidencian que son más rentables que los individuales.

A 25 años, la rentabilidad media anual de los planes de empleo es del 6,24% frente a la horquilla del 4-5% en lo que se mueven los individuales. A diez años, los de empleo rinden un 3,3%, cuando los individuales oscilan entre el 1% y el 3%. En este sentido, salvo en el plazo de un año (el menos representativo), los planes de empleo son más rentables en los restantes periodos.

Rentabilidades medias anuales de los planes de pensiones a 30.06.2016:


Fuente: Inverco

Desde el punto de vista de Martínez-Aldama, hay dos factores que influyen en esta diferencia en las rentabilidades. Por un lado, en los planes para empresas, en general, las comisiones son “más baratas”, ya que tiene un único cliente, una empresa. Por otro, explica que históricamente los planes de empresa que se contrataban a medio y largo plazo en mayor volumen eran de renta variable, lo que les hacía ser más rentables.

AÚN POR DESARROLLAR

Con la rentabilidad a favor, los planes de empleo aún están a la espera de protagonizar su auténtica expansión. Un plan de empleo es un sistema de ahorro-previsión a largo plazo promovido por una o varias empresas, entidad o corporación para sus empleados.

Dentro de esta modalidad se dan dos posibilidades. Por un lado, pueden ser de ‘prestación’ definida, cuando las prestaciones están previamente determinadas y el importe de la aportación que hay que realizar se revisa de forma anual.

Por otro, pueden ser de ‘aportación’ definida, caso en el que las prestaciones se determinan en función de un porcentaje del salario u otras variables. En este sentido, Vanooteghem asegura que la totalidad de planes de pensiones de nueva creación atienden a este tipo.

A su vez, las sociedades que dispongan de este tipo de productos financieros “están obligadas a ofrecerlo a todos sus empleados”, explica José Manuel Jiménez, director de desarrollo de negocio de Aviva España. Eso sí, al final es “decisión voluntaria del trabajador adherirse o no al mismo”, matiza Vanooteghem.

Las sociedades que dispongan de este tipo de productos financieros “están obligadas a ofrecerlo a todos sus empleados”

Desde el punto de vista de Jiménez, este tipo de instrumento financiero “es una buena herramienta de fidelización y de ayuda al complemento de la jubilación pública, aunque en España no está lo suficientemente extendida”.

El porcentaje del salario que el trabajador aporta oscila entre el 1,5% y el 5% del total. No obstante, también se pueden dar casos en los que los niveles de aportación se definan en función de la edad del trabajador, su antigüedad en la empresa y el nivel salarial.

Lo más común es que el trabajador aporte una parte de la cantidad, entre el 15% y el 20% del total de la aportación, y la empresa el resto, lo que se conoce como planes contributivos.

Otra característica de este instrumento es la falta de liquidez. No obstante, el dinero se podrá hacer líquido si se dan algunas de las contingencias que capacitan para ello (jubilación, incapacidad, fallecimiento, dependencia severa o gran dependencia).

A su vez, la mayor ventaja que se encuentra con esta opción es el ahorro fiscal que ofrece. En concreto, las aportaciones que se realizan a un plan de pensiones dan derecho a una reducción en la base imponible del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), hasta un máximo de 8.000 euros anuales establecidos por ley desde el 1 de enero de 2015 o el 30% de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas que hayas obtenido en el año.

COMISIÓN DE CONTROL DEL FONDO DE PENSIONES

Una figura clave en los planes de empleo es la de la Comisión de Control. Junto a la entidad gestora y a la entidad depositaria, es uno de los tres protagonistas que vela por el cumplimiento del plan de pensiones, complementando sus funciones y garantizando la legalidad vigente. Esta Comisión es en realidad el órgano de gobierno del fondo de pensiones, aunque muchas de sus funciones y atribuciones las delega en la entidad gestora.

A partir de las comisiones de control de los diferentes planes que integran el fondo, se constituye la Comisión de Control del fondo, con representantes de todos los planes en proporción al volumen del plan representado.

Aunque las atribuciones que la ley otorga a este órgano son muy amplias, entre ellas destaca la supervisión del cumplimiento de los planes adscritos; el control de la observancia de las normas de funcionamiento del propio fondo y de los planes vinculados; representación del fondo (aunque esta función puede delegarla en la entidad gestora); suspensión de la ejecución de actos y acuerdos contrarios a los intereses del fondo; o la aprobación de las cuentas anuales del fondo.

La Comisión de Control vela por el cumplimiento del plan de pensiones, complementando sus funciones y garantizando la legalidad vigente

En el caso de los planes de pensiones de empleo, la Comisión estará formada por representantes del promotor o promotores (representación paritaria del 50%) y representantes de los partícipes y, en su caso, de los beneficiarios.

Este organismo se reúne al menos una vez cada ejercicio y el mandato de sus miembros será temporal (no más de cuatro años, aunque existe la posibilidad de reelección) y gratuito.

ESTÍMULOS FISCALES

Desde el lado empresarial, por tanto, aún queda terreno que recorrer en España para incentivar el ahorro y la inversión para la jubilación. Para Martínez-Aldama, lo primero es que la población se “mentalice” de que la pensión pública en un futuro será inferior a la actual. Además, cree que es necesario que las empresas tengan estímulos fiscales que les inciten a contratar más productos de estas características y recuerda que los que tenían fueron eliminados.

Según Carlos Herrera, miembro del Comité de Servicios a Asociados de EFPA (European Financial Planning Association) y administrador de Globalbrok, hay que fomentar el ahorro mediante el incentivo del tipo fiscal. “La Administración debería tirar del carro para que empresarios y trabajadores se conciencien de la necesidad de invertir en productos financieros para complementar la jubilación” y matiza que “se debe concienciar todo el mundo, la Administración, las empresas y los sindicatos”.

Por último, en opinión de Mar Barrero, analista de Profim, al contratar un plan de empleo se debería incluir una cláusula que permita pasarlo a un plan de pensiones particular, o a otro tipo de producto financiero de inversión. En este sentido, en algunas ocasiones sí es posible, pero recomienda tener en cuenta esta posibilidad a la hora de contratarlo.

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