ep cajero automatico

La Guardia Civil ha desarticulado un grupo criminal dedicado al blanqueo de capitales del narcotráfico a través, entre otros métodos, de la compra-venta de criptomoneda, en una operación en la que han sido detenidas ocho personas y se ha incautado por primera vez en Europa dos cajeros automáticos de Bitcoin.

En colaboración con Europol y tras varios meses de investigación, la operación Kampuzo desarrollada por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha culminado con ocho detenciones, todas en Madrid, otras tantas investigadas y nueve personas jurídicas también imputadas por blanqueo de capitales procedentes principalmente del narcotráfico y pertenencia a organización criminal.

Según informa la Dirección General de la Guardia Civil, lo novedoso de la operación es que por primera vez en Europa se han intervenido dos cajeros automáticos de criptomonedas ubicados en una empresa de Madrid de compra venta de efectos informáticos, pero que tenía la única finalidad de dar cobertura legal a la actividad ilícita.

Lo novedoso de la operación es que por primera vez en Europa se han intervenido dos cajeros automáticos de criptomonedas

Además se han incautado cuatro "billeteras frías", es decir, dispositivos que almacenan parte de la cartera de moneda virtual de un usuario de manera segura, así como 20 "monederos", en los que se han conseguido identificar el movimiento de más de nueve millones de euros.

También se han intervenido once vehículos, 16.800 euros en metálico ocultos en un inmueble y unas 200 plantas de marihuana dentro del domicilio de uno de los detenidos. La operación Kampuzo es continuación de la denominada Guatuzo, desarrollada el pasado verano y que concluyó con la detención de 23 personas de nacionalidad española, colombiana y venezolana por los mismos delitos, blanquear dinero de la droga con criptomonedas.

En esta segunda investigación, la organización criminal lavaba dinero del narcotráfico no solo a través de monedas virtuales, sino también por otros métodos más convencional como a través de correos humanos que ingresaban cantidades de dinero en efectivo en cuentas bancarias de la organización o en sociedades controladas por otros grupos criminales.

La organización desmantelada también usaba a testaferros para la apertura y control de sociedades en España que movían los beneficios de su actividad delictiva. De hecho, llegaban a emplear la identidad de otras personas como demuestran algunos DNI de personas ajenas a la investigación hallados en los registros.

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