• Las nuevas previsiones económicas, que alcanzarán ya hasta 2020, acapararán la atención
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El presidente del BCE, Mario Draghi.

El BCE despachará este jueves una reunión de política monetaria, la última del año, en la que el futuro estará más presente que nunca. Porque sus nuevas previsiones económicas, que llegarán ya hasta 2020, darán pistas sobre la hoja de ruta que seguirá la entidad en los próximos años.

Más que nada, porque el futuro más inmediato sí está atado y bien atado por parte del presidente de la entidad, Mario Draghi. En la reunión de octubre ya aclaró que el BCE prolongará sus compras de deuda -APP, por sus siglas en inglés- al menos hasta septiembre de 2018, aunque rebajando la cuantía de 60.000 a 30.000 millones de euros mensuales. Y también reiteró que "el Consejo de Gobierno continúa esperando que los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en los niveles actuales durante un período prolongado que superará con creces el horizonte de sus compras netas de activos". Es decir, que los intereses oficiales y los de la facilidad de depósito seguirán en el 0% y en el -0,40%, respectivamente, por lo menos hasta 2019.

El matiz, en apariencia menor aunque no tanto en realidad, que traerá la cita de diciembre es que la entidad actualizará sus previsiones económicas. Y que estas llegarán ya hasta 2020. Es decir, abarcarán un horizonte temporal más largo en el que sí es posible que la entidad eleve los intereses, algo que no hace desde 2011. También un horizonte temporal que sobrevivirá ya a Draghi, cuyo mandato vencerá en noviembre de 2019, y que por tanto se internará en el terreno de su sucesor.

Si el BCE revisa al alza en diciembre sus previsiones de crecimiento y, sobre todo, de inflación, y recoge que para 2020 ya ve a los precios encareciéndose por debajo, pero cerca, del 2%, que es su objetivo, estará anticipando lo que podría ocurrir en el último año de Draghi y en el primero de su sucesor. En septiembre, la entidad preveía un crecimiento del 1,8% en 2018 y del 1,7% en 2019 y una inflación del 1,2% en 2018 y del 1,5% en 2019.

¿UN BCE MÁS DURO?

Si, como se espera, el BCE mejora las estimaciones de crecimiento, los expertos no descartan una sorpresa en el discurso de Draghi. "El BCE posiblemente sonará menos blando mientras el mercado espera ampliamente que insista en su mensaje blando", avisa Naeem Aslam, analista jefe de mercados de Think Markets.

La clave estará en las nuevas previsiones. Y en lo que Draghi diga, sobre todo si habla para romper el vínculo entre la inflación y el programa de compras de deuda

En octubre, que fue cuando Draghi anunció las novedades sobre la evolución del programa de compras de activos en 2018, el banquero italiano, respaldado por la mayoría de los miembros del Consejo de Gobierno, se salió con la suya y dejó abierta la posibilidad de que las adquisiciones puedan ir más allá de septiembre. En concreto, la entidad se comprometió a seguir adelante con las compras "hasta el final de septiembre de 2018, o hasta una fecha posterior si fuera necesario y, en todo caso, hasta que el Consejo de Gobierno observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo de inflación".

Pero esta decisión no fue unánime. Y en el seno del Consejo hay miembros partidarios de establecer una fecha de caducidad concreta a las compras, una posición que Draghi podría introducir este jueves en su discurso. El salvoconducto empleado por el banquero italiano consistiría precisamente en romper ese lazo entre la reducida inflación y la adquisición de activos. "No sería una sorpresa ver evolucionar la política de comunicación sobre las decisiones futuras -'forward guidance'- del BCE en su reunión de diciembre de una manera que reduzca el vínculo entre la continuación de las compras de activos y la inflación", apunta Franck Dixmier, director de renta fija de Allianz Global Investors.

Este sería el paso previo al debate que, en opinión de los expertos, se irá abriendo paso de manera más clara durante 2018. "El BCE tendrá que gestionar las expectativas sobre el ritmo de las futuras alzas de los tipos, ya que este factor acaparará una mayor atención por parte del mercado en el futuro", anticipa Dixmier. "El debate sobre qué pasos puede tomar el BCE para normalizar la política en la segunda mitad de 2018 se está calentando", constata Marchel Alexandrovich, economista sénior para Europa de Jefferies.

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