George Soros nueva

El multimillonario George Soros ha puesto de manifiesto su enfado con el actual gobierno húngaro, con ideología cercana a la extrema derecha, después de que haya estampado su cara en un cartel contra la inmigración.

Soros, ha tildado de "acontecimientos preocupantes" el hecho de poner su cara en muchas marquesinas de autobuses en una campaña contra la inmigración. El empresario es de origen judío y el gobierno húngaro lo ha utilizado bajo el lema: "No dejemos que Soros tenga la última risa". Esta campaña ha costado unos 13 millones de dólares.

El gobierno de Hungría ha explicado que no es una campaña antisemita si no regulatoria de la inmigración

En una nota emitida, George Soros pone de manifiesto que estos actos pone de manifiesto "las horas más oscuras de Europa", en referencia al holocausto nazi en Alemania con los judíos. Esta campaña fue lanzada la semana pasada y, a pesar de haber guardado silencio, tras ver su cara en las marquesinas, ha decidido dar un paso adelante. El empresario ha confesado que no tiene sentido ese ataque, después de que donase 400 millones de dólares a varias ONGs húngaras para ayudar a los más necesitados del país europeo.

Fidesz, partido que gobierna en Hungría, ha recalcado que la "campaña no tiene valor antisemita" y que lo único que pretende denunciar es la "campaña proinmigrantes que tiene Soros" en Hungría, explicaba Viktor Orban, primer ministro húngaro.

Soros dijo recientemente que "cientos de miles de refugiados deben ser seleccionados para reasentarlos en Europa", algo que el gobierno húngaro cree que va iría contra el "control del gobierno de la situación y dejaría en manos de Bruselas el país".

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