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La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa, Nadia Calviño. Álvaro Ballesteros - Europa Press - Archivo

La Unión Europea (UE) se enfrenta a un momento de incertidumbre ante el cambio del orden internacional surgido tras la Segunda Guerra Mundial y el desconocido nuevo mundo que se está configurando. Para poder hacer frente a estos desafíos, los analistas de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) ven necesario un cambio significativo en su gobernanza, "incluyendo mayor flexibilidad y adaptabilidad, que permita conjugar una visión estratégica a largo plazo y capacidad de toma de decisiones más rápida y efectiva".

Así lo pone de manifiesto el último 'Papeles de Economía Española', publicación editada por Funcas, donde en el monográfico, titulado "La Europa del futuro", Cecilio Tamarit considera que "la política económica ha ido transitando desde una posición de dominio monetario a otra de dominio fiscal, convirtiendo al Banco Central Europeo en el policy maker de último recurso, lo que tiene claras limitaciones".

Los sucesivos shocks de los últimos años han mermado el crecimiento de la economía europea, lo que plantea la necesidad, según los expertos de Funcas, de afrontar desafíos energéticos, tecnológicos y geopolíticos. Pero la capacidad fiscal de los países para realizar por sí solos estas transiciones se ha reducido, especialmente en las economías más endeudadas.

"El papel estabilizador de la política fiscal se ve limitado por la reactivación inminente de las reglas fiscales y por el cambio en las condiciones financieras en los mercados de capitales. Por tanto, es importante buscar una mayor capacidad fiscal común, poner en común los recursos para posibilitar una política económica de conjunto", valoran Raymond Torres y Patricia Sánchez.

De este modo, el desafío de la magnitud del que afronta Europa subraya la importancia de responder de forma conjunta a los riesgos comunes.

Para ello, Lola Gadea y Carlos Martínez proponen la creación de un fondo europeo destinado a financiar los objetivos climáticos europeos, lo que podría requerir la prolongación del 'Next Generation EU'. "Sería un instrumento clave ante la proliferación de subsidios industriales y medidas proteccionistas en EEUU, que podrían derivar en una posible guerra comercial entre ambos lados del Atlántico", comentan.

Por ello, la creación de un fondo comunitario para financiar la transición climática debería estar estrechamente vinculado a la reforma de las reglas fiscales. "Una capacidad fiscal central diseñada para financiarbienes europeos, con la adecuada condicionalidad, también permitiría a los Estados miembros alcanzar posiciones presupuestarias sostenibles", añaden.

En cuanto a las posibles transformaciones sectoriales de la economía europea, Gaetano D’Adamo y Juan Sapena explican que "Europa no puede quedarse al margen de los países creadores de las nuevas tecnologías y asistir como mera espectadora a la batalla entre EEUU y China por la supremacía tecnológica".

En relación con la política energética de la UE, María T. Costa-Campi y Elisenda Jové-Llopis, estiman que, a pesar de la mayor estabilidad en la situación energética durante el primer semestre de 2023, sigue habiendo muchas incertidumbres y desafíos que no pueden ser olvidados una vez finalicen las medidas de emergencia.

"La mejora de la eficiencia energética, el despliegue de energías renovables a nivel doméstico y el fomento de las comunidades energéticas, entre otras, son acciones en las que la UE debe seguir trabajando para asegurar un suministro de energía limpia, asequible y segura que garantice un nivel de vida digno", subrayan.

En definitiva, los expertos ven necesarias una mayor capacidad fiscal común y reformas estructurales para que la región pueda enfrentarse a los desafíos del futuro

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