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El Fondo Monetario Internacional (FMI) recogerá en la actualización de sus previsiones macroeconómicas, que publicará la próxima semana, el "momento delicado" que atraviesa la economía mundial, que ha seguido perdiendo impulso durante los últimos meses, aunque la institución descarta que vaya a producirse una recesión en el corto plazo.

En enero, el FMI revisó a la baja sus previsiones de crecimiento mundial para 2019 y 2020, hasta el 3,5% y el 3,6% respectivamente, aunque la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha advertido este martes durante su discurso en la Cámara de Comercio de EEUU previo a las reuniones de primavera que la institución celebrará junto al Banco Mundial en Washington del 12 al 14 de abril, que el ritmo de expansión económica ha seguido perdiendo impulso en los últimos meses y esto se reflejará en las nuevas previsiones de la institución.

"Desde entonces, el crecimiento ha seguido perdiendo ímpetu, como recogen nuestras previsiones actualizadas que publicaremos la próxima semana", ha anticipado Lagarde, señalando que la economía mundial atraviesa un "momento delicado" en el que el 70% experimenta una desaceleración, cuando hace solo dos años el 75% de la economía registró un repunte del crecimiento.

A pesar del deterioro de las perspectivas económicas como consecuencia en gran medida del aumento de las tensiones comerciales y el endurecimiento de las condiciones financieras, el FMI descarta una recesión en el corto plazo y apuesta por un cierto repunte del crecimiento en el segundo semestre de 2019, así como en 2020.

"Se prevé que la actividad económica mundial se beneficie del actual ritmo más paciente de normalización monetaria por parte de los principales bancos centrales, liderados por la Reserva Federal de Estados Unidos, y de un mayor estímulo, por ejemplo, en China", ha apuntado la exministra francesa de Finanzas.

No obstante, Lagarde ha advertido de la precariedad del repunte previsto del crecimiento mundial para finales de este año, subrayando que esta potencial mejoría es vulnerable a diversos riesgos a la baja, incluyendo incertidumbres como el 'Brexit', los elevados niveles de deuda en algunos sectores y países, así como las tensiones comerciales y la sensación de intranquilidad en los mercados financieros.

En este sentido, la directora del FMI ha señalado que en el caso de un endurecimiento de las condiciones financieras mayor de lo esperado, esto podría generar graves dificultades para muchos gobiernos y empresas a la hora de refinanciar y cumplir el servicio de su deuda, lo que podría amplificar los movimientos del tipo de cambio y correcciones en los mercados financieros.

APOSTAR POR LA POLÍTICA FISCAL

En respuesta al delicado momento en el que se encuentra la economía mundial, Lagarde ha llamado a apostar por políticas nacionales que permitan mejorar la resiliencia y reducir la desigualdad de las economías, subrayando que estas 'recetas' deberán adaptarse a las necesidades de cada país.

Para muchos países, esto implica hacer un uso más inteligente de la política fiscal, lo que, a su vez, significa encontrar el equilibrio adecuado entre el crecimiento, la sostenibilidad de la deuda y los objetivos sociales, ha señalado la exministra gala.

"La realidad es que muchas economías no son suficientemente resilientes. Los elevados niveles de deuda pública y las bajas tasas de interés han dejado un margen limitado para actuar cuando se produzca la próxima desaceleración, que inevitablemente llegará", ha indicado Lagarde.

De este modo, en términos generales, la directora del FMI apuesta por que la política macroeconómica contribuya a afianzar el crecimiento y la estabilidad, mientras que la política monetaria debería seguir siendo acomodaticia en los países cuya inflación se encuentra por debajo de la meta de inflación, anclando las expectativas.

Además, debería fortalecerse el sector financiero y deberían reducirse los riesgos manteniendo el ímpetu de la reforma regulatoria, ha añadido.

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