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EUROPA PRESS - Archivo

El paso de la pandemia dio lugar a un periodo de confinamientos y limitaciones a la movilidad que provocaron que muchos dejaran atrás la ciudad y se trasladasen a vivir a pequeños municipios. Este fenómeno llegó a su culmen ya que según idealista el 5,8% de todos los contactos a anunciantes en el portal inmobiliario se producían en viviendas situadas en pueblos de menos de 5.000 habitantes. No obstante, esta cifra en 2023 ha sufrido un descenso.

Y es que el peso de estas búsquedas se sitúa por debajo del que tenían en el momento anterior al inicio de la pandemia, en el primer trimestre de 2020, cuando suponían el 5,2% del total.

En Cuenca, el 46,8% de todos los contactos de la provincia llegaron a ser sobre pequeños municipios, y ahora mismo solo suponen el 29%, 17,8 puntos menos. Le siguen Teruel (que pasó del 48,8% al 35,9% actual); Huesca (del 48,5% al 35,6% actual); Huelva (del 38,3% al 27,4% actual) y Cáceres (del 27,8% al 17,3% actual).

En el lado opuesto, se encuentran las provincias de Badajoz, donde han crecido del 5,3% de los contactos al 6,5% actual; Jaén (que ha pasado del 7,2% al 8,1% actual); Granada (del 10% al 10,7% actual); Málaga (del 2,8% al 3,3%), Guipúzcoa (del 2,4% al 2,8%) y Sevilla (del 1,1% al 1,2%).

En Las Palmas, el peso se ha mantenido en el 0,1% desde primavera de 2021. En la provincia de Barcelona, los contactos en municipios de menos de 5.000 habitantes suponen el 1,6% del total, frente al 1,8% que supusieron en primavera de 2021, mientras que en Madrid ha pasado del 1,8% de ese momento al 1,3% actual.

Aun así, en cuatro provincias el interés por las viviendas en pueblos pequeños ha crecido desde ese momento: Pontevedra (pasa del 3,6% en 2020 al 4,6% actual); Valencia (del 6,3% al 7,1% actual); Málaga (del 2,9% al 3,3% actual) y Barcelona (del 1,5% al 1,6% actual). En estos tres últimos casos, es posible que los elevados precios alcanzados en las zonas más pobladas estén arrastrando el interés de zonas más pequeñas y con precios más bajos.

“El supuesto éxodo al mundo rural nunca llegó a producirse, pero sí aumentó de forma significativa el interés particular por establecer el domicilio en zonas alejadas del entorno urbano ya que ofrecían a menor precio viviendas de mayores dimensiones, con acceso a jardines o incluso huertos con los que escapar de la dureza de los procesos de confinamiento y desescalada”, ha señalado Francisco Iñareta, portavoz de idealista.

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