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El Eurogrupo, conformado por los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro, ha decidido aparcar la creación de un fondo único de garantía de depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés), el tercer pilar de la Unión Bancaria y uno de los últimos flecos para alcanzar una política financiera común que las entidades españolas han reclamado en numerosas ocasiones. A cambio, los socios del euro establecerán un grupo de alto nivel que continuará los trabajos técnicos con el objetivo de elaborar un informe en junio 2019.

Durante una reunión de más de quince horas, que ha culminado casi a las 8.00 horas de este martes, el Eurogrupo ha dejado de lado también la creación de un presupuesto específico para la zona euro, al tiempo que ha alcanzado un acuerdo para reforzar la Unión Bancaria a través de un fondo de emergencia para atajar crisis bancarias, así como para fortalecer las competencias del Fondo Único de Rescate (FUR).

"Lo conseguimos. Tras varios meses de intensas negociaciones y una reunión larga y dura hemos conseguido un plan amplio para reforzar el euro", ha anunciado el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, en una rueda de prensa posterior a la reunión, que comenzó a las 17.00 horas del lunes.

Los responsables de Economía de la eurozona han pactado, en concreto, tres documentos que Centeno trasladará esta tarde al presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, para que los jefes de Estado y de Gobierno los valoren en la cumbre que tiene lugar el jueves y el viernes de la semana próxima.

El elemento más tangible de la reforma es la creación de una red de seguridad para la Unión Bancaria

El elemento más tangible de la reforma es la creación de una red de seguridad (backstop por sus siglas en inglés) para la Unión Bancaria. Se trata de un mecanismo ya acordado sobre el que faltaban cerrar sus detalles y la fecha de su introducción. Será una solución de emergencia para situaciones en las que los recursos del Fondo Único de Resolución (FUR) no son suficientes para hacer frente a una quiebra bancaria.

Por otro lado, el Eurogrupo ha acordado reforzar las competencias del fondo europeo de rescate, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) en la supervisión económica y el diseño y vigilancia de rescates, tareas que compartirá con la Comisión Europea. Los países del euro con dificultades, además, podrán tener acceso a una línea preventiva de ayuda antes un eventual rescate, que estará sujeto a un "nivel apropiado de condicionalidad".

Sin embargo, Centeno ha explicado que el Eurogrupo ha sido incapaz de pactar un "enfoque común" sobre "la necesidad y el diseño" de un futuro presupuesto de la eurozona que impulse "la convergencia y la competitividad" de los socios.

UN CORTAFUEGOS PARA LA UNIÓN BANCARIA

El elemento más tangible de la reforma pactada es la creación del 'cortafuegos' para la Unión Bancaria, un mecanismo ya acordado sobre el que faltaban cerrar sus detalles. Será una solución de emergencia para situaciones en las que los recursos del Fondo Único de Resolución (FUR) no son suficientes para hacer frente a una quiebra bancaria.

Será una línea de crédito con un vencimiento inicial de tres años, ampliables a otros dos. Se podrá utilizar para cubrir los mismos usos que estipula el FUR, incluida una provisión de liquidez, y su tamaño estará alineado con el objetivo final de este fondo (55.000 millones de euros).

El MEDE será la institución de albergar esta red de seguridad, que será además fiscalmente neutra y cuyos préstamos deberán ser aprobados por unanimidad entre los socios del euro. El Eurogrupo ha abierto la puerta a diseñar un proceso de aprobación de emergencia cuando sea necesario.

El backstop de la Unión Bancaria comenzará a aplicarse en 2024, aunque la fecha de inicio podrá adelantarse siempre que se avance lo suficiente en la reducción de riesgos a los que se enfrenta el sector financiero europeo.

MÁS COMPETENCIAS PARA EL FONDO DE RESCATE

Por otro lado, el Eurogrupo ha acordado reforzar las competencias del fondo europeo de rescate, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) en la supervisión económica y el diseño y vigilancia de rescates, tareas que compartirá con la Comisión Europea.

Los países del euro con dificultades, además, podrán tener acceso a una línea preventiva de crédito (PPCL, por sus siglas en inglés) antes un eventual rescate, que estará sujeta a un "nivel apropiado de condicionalidad".

En concreto, para tener acceso a estos préstamos los países tendrán que cumplir las reglas fiscales europeas y este aspecto se revisará al menos cada seis meses. En caso de que se incumplan las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento se cortará el acceso a los fondos del MEDE y el Estado afectado podrá reclamar una línea de crédito reforzada (ECCL) o un rescate completo.

En cualquier caso, la asistencia financiera se concederá siempre a países cuya deuda pública es sostenible y su capacidad de devolución de los préstamos esté garantizada, factores que se examinarán de forma "transparente y predecibles".

En este contexto, los socios del euro han mostrado su intención de introducir las cláusulas de acción colectiva (CAC) en emisiones de deuda pública. Estas cláusulas facilitan la reestructuración de deuda porque permiten a una gran mayoría de bonistas acordar cambios en las condiciones que sean aplicables a todos los titulares de un título.

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