• La demanda de este tipo de alojamiento ha subido un 45% durante el verano
  • El menor coste y la diferente experiencia de turismo son las principales razones
  • El sector, en pie de guerra frente a las multas impuestas por varias administraciones

El turismo se ha desatado como nunca en este 2016 y se ha reafirmado de nuevo como una de las principales locomotoras de la economía del país. A este crecimiento se ha unido en los últimos años una nueva forma de viajar: el llamado “turismo colaborativo” de las plataformas digitales al estilo HomeAway o Airbnb, que sigue ganando adeptos año tras año.

Según datos de HomeAway, una de las principales empresas dedicadas a poner en contacto a propietarios de inmuebles con turistas, la demanda de alquiler vacacional durante el verano se ha incrementado en un 45% respecto al mismo periodo del año pasado, mientras que ha subido un 52% a escala europea.

La llegada de internet ha posibilitado que propietarios y viajeros puedan llegar más fácilmente y de una forma más flexible a acuerdos para alquilar alojamientos turísticos. Todo ello en un contexto de un tipo de turismo creciente, potenciado por la crisis, que busca viajar por menos dinero.

“En tan solo 3 años hemos pasado de anunciar 15.000 alojamientos a ofrecer más de 88.000, sólo en España, y más de 1.2 millones en un total de 190 países, lo que da una idea de la dimensión del crecimiento del alquiler vacacional a nivel global”, afirman desde HomeAway, que ven esta importante subida de la demanda del alquiler vacacional en verano como la consolidación del modelo.

A pesar del progresivo incremento del alquiler de viviendas vacacionales, este tipo de alojamiento continúa siendo algo minoritario. Según los datos de la encuesta de movimientos turísticos en fronteras (Frontur) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante julio vinieron a España 9,57 millones de turistas extranjeros, el mejor dato de la serie para este periodo. De ellos, 1,28 millones se alojaron en viviendas de alquiler, lo que supone el 13,4% de la oferta total de alojamientos turísticos, en contraposición a los casi 6 millones de personas que optaron por hoteles.

MISMOS SITIOS, DISTINTO TURISMO

A pesar del cambio de modelo en el alojamiento, lo más buscado en España en verano continúa siendo la costa

Lo más buscado en España en verano continúa siendo la costa. El 90,2% de las viviendas turísticas en la costa en España estuvieron ocupadas durante el mes de agosto, 2,9 puntos porcentuales más que en el mismo mes de 2015 y el mejor dato en ocho años, según un informe realizado por Rentalia, portal de promoción de alojamientos vacacionales perteneciente a Idealista.

Los datos de HomeAway también apuntan al predominio del turismo de sol y playa en España: las comunidades autónomas costeras aglutinan el 83% de la demanda de inmuebles en época estival. Andalucía representa el 33% de la demanda total, seguida por la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares (16% cada una). Cataluña (12%) y Canarias (6%) cierran el top-5 de regiones.

Por tanto, las preferencias de los turistas que optan por esta manera de alojarse en cuanto a los lugares a viajar son las mismas. Las diferencias radican en otro tipo de factores, como el precio o la experiencia, señalan desde el sector.

La directora de Rentalia, Almudena Ucha, cree que el alquiler de viviendas turísticas “no es una moda pasareja ni un 'boom’”, sino que se trata de “una alternativa alojativa cada vez más apreciada por los viajeros, se adapta a las necesidades de los turistas y no le supone un desembolso económico tan grande como un hotel”, añade.

“A diferencia de los alquileres de larga estancia para parejas o para un pequeño grupo de personas, las nuevas tendencias muestran, en primer lugar, alquileres para periodos de tiempo más cortos, probablemente para elegir más de un destino, y, en segundo lugar, reservas para un mayor número de huéspedes”, recalcan desde HundredRooms, un comparador de webs de alquiler vacacional .

Según su buscador, los diez destinos más tecleados por sus usuarios para un alojamiento en julio y agosto han sido Conil de la Frontera, Cádiz, Gandía, Ibiza, Barcelona, Benidorm, Salou, Mallorca, Málaga y Peñíscola.

CAMBIO DE TENDENCIA

“Lo que hay es un cambio en la percepción del consumidor respecto al servicio de alojamiento. Hay un tipo de consumidor que ha cambiado su hábitos turísticos”, asegura José Luis Zimmermann, director general de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital) y portavoz de Sharing España, una asociación de empresas de economía colaborativa que tiene por miembros, entre otros, a AirBnb, Uber, Blablacar, HomeAway o Rentalia.

Zimmermann recalca que uno de los éxitos de las plataformas de economía colaborativa dedicadas al alojamiento es la experiencia y la manera de viajar, distinta a la que se vive en otras ofertas de alojamiento. “No solo es qué destino que ofrecen, sino cómo lo ofrecen. Una casa singular se presta como un destino en sí mismo, tiene esta capacidad de oferta turística”, remarca.

"No solo es qué destino que ofrecen, sino cómo lo ofrecen. Una casa singular se presta como un destino en sí mismo"

Apunta también a las plataformas de transporte como Blablacar (que conecta a personas para compartir los gastos de un viaje en coche) como generadoras de oferta turística en sí mismas. “Son soluciones alternativas, hay núcleos de población a donde no llega el transporte colectivo y que sí llega esta oferta de transporte”, añade.

EL SECTOR, EN PIE DE GUERRA

Ahora bien, no todo son alegrías. Las empresas de turismo colaborativo andan durante 2016 en una encrucijada contra varias administraciones locales y regionales. A la apertura de expedientes sancionadores en febrero por parte de la Generalitat valenciana a ocho plataformas de viviendas turísticas, se suma el anuncio en agosto del Ayuntamiento de Barcelona, que ordenaba el cierre de 256 viviendas de uso turístico que operaban de manera irregular.

El consistorio catalán sancionó con 60.000 euros a Airbnb y HomeAway (30.000 euros a cada una) por anunciar pisos turísticos sin el número de Registro de Turismo de Cataluña, una multa que puede llegar hasta los 600.000 euros si ambas compañías continúan publicitando dichas “viviendas irregulares”.

Para Zimmermann, el Ayuntamiento de Barcelona se está saltando el marco normativo que se aplica en Europa para este tipo de empresas. Recuerda que estas empresas “se rigen bajo el marco de convenio electrónico”, por lo que “se les exime de verificar y controlar toda la información que los usuarios cuelgan en las plataformas. “Están pasando por encima de una norma de rango superior que les aplica a estas plataformas, se lo está saltando a la torera”, recalca.

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