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La fragilidad del sector manufacturero de la zona euro volvió a ser evidente en mayo, ya que los nuevos pedidos recibidos por los fabricantes cayeron por primera vez desde junio de 2020. El Índice PMI bajó hasta registrar mínimos de los últimos dieciocho meses.

Así, el Índice PMI del sector manufacturero de la eurozona, elaborado por S&P Global, cayó de 55,5 registrado en abril a 54,6 en mayo, señalando una mejora más débil de la salud del sector manufacturero de la zona euro. Analizando por subsectores, los últimos datos mostraron incrementos más débiles en cada uno de los tres grupos de mercado estudiados.

Aunque el crecimiento de la producción repuntó marginalmente desde su mínima reciente registrada en abril, se mantuvo lento, mientras que la confianza empresarial estuvo entre los niveles más bajos observados en los dos últimos años debido a la persistente preocupación en torno a las perspectivas de los precios, las cadenas de suministro y la demanda.

Los datos de los precios señalaron que las presiones inflacionistas siguieron siendo sustanciales en mayo, a pesar de que las tasas de aumento tanto de los precios de compra como de los precios de venta disminuyeron levemente. Mientras tanto, también hubo señales, aunque limitadas, de que algunos de los problemas de suministro se atenuaron a medida que los plazos de entrega se alargaron al segundo grado más débil desde principios de 2021.

El país de la zona euro que más creció en mayo fue una vez más los Países Bajos, aunque la expansión se desaceleró hasta su mínima de dieciocho meses. También se observaron ritmos de crecimiento más débiles en Austria e Irlanda, que fueron las siguientes economías manufactureras con mejores resultados. Los únicos países estudiados que registraron incrementos más fuertes fueron Alemania y España.

La producción manufacturera de la zona euro se expandió a mediados del segundo trimestre. El ritmo de crecimiento se aceleró ligeramente desde su mínima reciente registrada en abril, pero no obstante fue el segundo más débil en veintitrés meses de expansión. Los aumentos más fuertes (pero aún marginales) en la producción se produjeron en medio de señales tentativas de disminución de la presión en las cadenas de suministro, ya que los plazos medios de entrega de los insumos se alargaron en menor medida que en abril. De hecho, el deterioro en el comportamiento de los proveedores fue el segundo más débil desde enero de 2021.

De hecho, los fabricantes de la zona euro aumentaron sus stocks de compras al ritmo más rápido en tres meses en mayo. No obstante, en medio de la creciente inflación de los precios de los insumos y el debilitamiento de la demanda, el ritmo de crecimiento de la actividad de compra se mantuvo sin cambios desde su mínima de diecisiete meses registrada en abril.

Los últimos datos del estudio señalaron que las empresas del sector manufacturero de la zona euro se enfrentaron a fuertes presiones de los costes en mayo. Aunque la tasa de aumento se atenuó, estuvo entre las más pronunciadas registradas en medio de informes generalizados en torno al aumento de los precios de la energía y las materias primas. En un intento de compensar las presiones en los márgenes de beneficios, los productores encuestados aumentaron sus precios cobrados. En general, la tasa de inflación de los precios cobrados fue la segunda más fuerte en la historia de la serie, superada solo por la registrada en abril.

Como consecuencia del aumento de los precios de venta, la demanda cayó en mayo. Los nuevos pedidos recibidos por los fabricantes de la zona euro disminuyeron por primera vez desde junio de 2020. Además de los aumentos de precios, los colaboradores del estudio también vincularon la debilidad de la demanda con la guerra en Ucrania, los problemas de suministro y la creciente incertidumbre. De hecho, y a juzgar por los datos de los grupos de mercado, el declive fue generalizado y estuvo encabezado por la categoría de bienes intermedios. Del mismo modo, los nuevos pedidos de exportación también disminuyeron al ritmo más fuerte en casi dos años.

La preocupación en torno a las perspectivas de la inflación, la demanda y las cadenas de suministro ancló la confianza empresarial en un nivel relativamente moderado en mayo. En general, las empresas de la zona euro se mostraron optimistas con respecto a los próximos doce meses, pero el nivel de sentimiento positivo estuvo entre los más débiles observados en los últimos dos años.

En S&P Global Market Intelligence destacan que "los fabricantes de la zona euro continúan enfrentándose a problemas relacionados con la escasez de suministro, las presiones inflacionistas elevadas y el debilitamiento de la demanda en medio de una creciente incertidumbre sobre las perspectivas económicas". No obstante, "el deterioro de la salud del sector manufacturero también se ha visto exacerbado por el cambio de tendencia de la demanda hacia el sector servicios, ya que los consumidores aumentaron su gasto en actividades como el turismo y el ocio".

"El indicador de la producción de la encuesta muestra que el nivel oficial de la producción manufacturera ha caído levemente en lo que va de segundo trimestre, y los indicadores a futuro, como el de la relación pedidos-inventario, sugieren que el ritmo de declive se acelerará en los próximos meses, si no se observa una reactivación repentina de la demanda de productos", dicen.

Por lo tanto, consideran "inquietante observar que la economía de la zona euro parece depender cada vez más del sector servicios para mantener el crecimiento en los próximos meses. Uno de los factores principales responsable de la primera caída de los nuevos pedidos en casi dos años fue la persistente escasez de oferta y las presiones de precios que la acompañan, ya que los productores de muchos productos y materias primas aumentaron sus precios de nuevo, sumado a un reciente aumento en los precios de la energía".

"El poder adquisitivo se ha visto sumamente afectado y, a menudo, los consumidores en particular han mostrado deseos de cambiar el gasto en productos hacia el gasto en servicios, aprovechando la flexibilización de las restricciones de viaje por la pandemia. No obstante, también hay un trasfondo de creciente incertidumbre sobre las perspectivas económicas, vinculado a la invasión rusa de Ucrania, y la persistencia de las presiones inflacionistas y los trastornos en el suministro, que a su vez está impulsando una mayor aversión al riesgo y cautela entre los clientes, lo que apunta a riesgos subyacentes más profundos a la baja para las perspectivas económicas", apuntan.

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