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Reuters

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha reconocido que la integración financiera se han llevado a cabo "lentamente" y ha resultado ser "superficial y reversible". Tras esto, los objetivos principales de la Unión Europea (UE) son que los bancos estén sanos y fomentar una integración más profunda en el sector bancario, según el discurso pronunciado en la Conferencia de la ACPR sobre supervisión financiera celebrada en París este martes.

Draghi ha defendido que la supervisión europea contribuye de manera "significativa" a estos objetivos, ya que un control "más sólido y uniforme conduce a bancos resilientes y proporciona un marco de política más coherente para la banca transfronteriza".

Sobre todo después de que el estallido de la crisis, cuando los mercados interbancarios se fragmentaron a lo largo de las líneas nacionales y amenazaron la integridad de la moneda única, dejando al descubierto los fallos existentes en la Unión Monetaria. "La crisis financiera mundial dejó al descubierto las deficiencias en la regulación y supervisión de los bancos en todo el mundo, en la UE esas debilidades se vieron agravadas por la fragmentación".

"La crisis financiera dejó al descubierto las deficiencias en la regulación y supervisión de los bancos, en la UE esas debilidades se vieron agravadas por la fragmentación"

Y uno de estos principales fallos fue, según considera Draghi, "la tendencia de los supervisores a promover y defender a los campeones nacionales, que a menudo prevaleció sobre la búsqueda de eficiencia y estabilidad de la Unión". "Las medidas desplegadas durante la crisis, como la validación de la liquidez se pueden haber centrado en asegurar la estabilidad financiera interna, pero descuidaron los efectos externos adversos en otros países. Por lo tanto, las políticas internas tendieron a reforzar los efectos de contagio negativos y exacerbar el riesgo sistémico en toda la zona euro", afirma.

Por ello, el presidente del BCE ha destacado la importancia del papel de los supervisores europeos frente al sistema fragmentado de supervisión nacional por varios motivos. El primero es que "la supervisión europea armoniza las prácticas de supervisión" al fusionar en un único método los 19 enfoques nacionales. Con ello, los supervisores tratan a todos los bancos de forma equitativa midiendo los riesgos con el mismo criterio y estableciendo los requisitos de capital en consecuencia.

En segundo lugar, "la supervisión europea adopta una perspectiva de todo el sistema cuando se monitorean y mitigan los riesgos". Los supervisores pueden recurrir a un conjunto completo de datos e información sobre los bancos en toda la zona euro. Sobre esta base, el personal experimentado de 28 países diferentes puede hacer comparaciones, detectar debilidades comunes y monitorear posibles canales de contagio.

La tercera ventaja de la supervisión europea es que "reduce la fragmentación en el marco de supervisión" que daban lugar a "importantes diferencias nacionales en aspectos prudenciales clave, como la definición de fondos o los requisitos de capital y liquidez". Por ello, "se necesita cierta armonización de las normas nacionales de insolvencia para que la resolución europea sea más efectiva".

FOMENTAR LA INTEGRACIÓN BANCARIA

Draghi cree que el mercado bancario en Europa sigue estando fragmentado a pesar de contar con un supervisor único y reglas más armonizadas. "El 86% de los préstamos bancarios de la zona euro a empresas y hogares fue doméstico en 2017. Y la consolidación transfronteriza, que es una forma de aumentar los préstamos, ha alcanzado recientemente mínimos históricos", asegura.

Por esto, "si queremos cosechar los beneficios de un mercado integrado que ayude a compartir los riesgos a través del sector privado y mejore la estabilidad macroeconómica en la unión monetaria se necesitan más refuerzos".

La baja rentabilidad y la incertidumbre respecto a la valoración de los activos heredados reducen el atractivo de las fusiones y adquisiciones transfronterizas

En cuanto a los obstáculos, Draghi señala las diferencias legales, judiciales y culturales entre los países. Pero añade más. Los activos heredados han pesado en los préstamos transfronterizos en los últimos años ya que los bancos con altos niveles de activos heredados han reducido sus exposiciones transfronterizas en un esfuerzo por apuntalar los balances deteriorados. Además, han mantenido bajos sus préstamos ya que su capacidad para acumular capital es limitada.

También, la baja rentabilidad y la incertidumbre con respecto a la valoración de los activos heredados reducen el atractivo de las fusiones y adquisiciones transfronterizas, ya que los bancos aún esperan mayores ganancias por la reestructuración interna y la reducción de costes.

Draghi ha querido defender además la eliminación de los obstáculos a la libre circulación de fondos, ya que es una condición previa para un mercado bancario único y podría mejorar la integración financiera al permitir a los bancos asignar recursos de manera eficiente en todos los países.

Además, existen factores reguladores que están obstaculizando la integración transfronteriza. El marco regulatorio internacional no trata a la zona euro como una jurisdicción única, es decir, los préstamos transfronterizos dentro de la zona euro de los bancos de la eurozna se consideran préstamos extranjeros, lo que da lugar a un riesgo sistémico más alto y requisitos de capital en relación con sus pares internacionales.

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