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La zona euro prolonga un mes más su desaceleración económica, pero el ritmo de declive se ha moderado. "Aunque la nueva caída de la actividad empresarial en diciembre señala una sólida posibilidad de recesión, el estudio también sugiere que de producirse, esta será más atenuada de lo que se creía probable hace unos meses", señala el índice PMI.

A juzgar por la estimación preliminar, el Índice PMI Compuesto de la actividad total de la zona euro, elaborado por S&P Global y ajustado estacionalmente, aumentó por segundo mes consecutivo en diciembre, subiendo de 47,8 registrado en noviembre a su máxima de cuatro meses, de 48,8. Pese a permanecer por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50 e indicar la sexta caída consecutiva de la actividad total, el PMI ha señalado una atenuación del ritmo de contracción por segundo mes consecutivo.

A pesar de ello, el nivel moderado del índice señala que los resultados del cuarto trimestre en su conjunto han sido peores que los del tercer trimestre y el PMI promedio para los tres meses hasta diciembre indica la mayor contracción económica desde 2013 (si se excluyen los meses de confinamiento por la pandemia).

Aunque el sector manufacturero siguió encabezando la desaceleración, debido a que su producción cayó por séptimo mes consecutivo, la tasa de declive de la producción se atenuó, indicando una nueva marcada atenuación del ritmo de contracción en comparación con la abrupta caída registrada en octubre pasado. El índice de producción del sector manufacturero aumentó a 47,9, su máxima de seis meses, frente a 46 registrado en noviembre.

Por otra parte, la actividad del sector servicios se contrajo, reduciéndose por quinto mes consecutivo, pero igualmente se ha observado una moderación de su ritmo de declive. El índice de actividad comercial del sector aumentó de 48,5 hasta su máxima de cuatro meses de 49,1, indicando apenas un deterioro modesto de la actividad comercial.

El análisis por sectores revela que las desaceleraciones más abruptas continuaron observándose en las firmas de productos químicos, plásticos y recursos básicos (vinculado en parte con los altos costes de las energías y la reducción de los stocks), y además en el sector de servicios financieros. De nuevo volvió a observarse una marcada caída en el transporte, pero hubo una mejora notable en las firmas de cara al público, como las de los segmentos de turismo y ocio y, en menor medida, de artículos de uso doméstico.

Por otra parte, los nuevos pedidos en general disminuyeron por sexto mes consecutivo debido a que las empresas siguieron indicando una debilitación de la demanda de sus clientes, aunque el ritmo de declive se atenuó por segundo mes consecutivo hasta su mínima desde agosto pasado. Pese a que los nuevos pedidos siguieron cayendo a un ritmo especialmente intenso en el sector manufacturero, donde disminuyeron por octavo mes consecutivo, la tasa de pérdida se atenuó intensamente. Los nuevos pedidos en el sector servicios también siguieron deteriorándose por sexto mes consecutivo, cayendo a una tasa similar a la de los dos meses anteriores.

El persistente deterioro de las carteras de pedidos causó otro mes de apenas modesta creación de empleo neta, puesto que el empleo aumentó a un ritmo ligeramente mayor que el de noviembre pero que sigue indicando el segundo aumento más reducido desde febrero de 2021. Se observaron tasas similarmente tenues de contratación tanto en el sector manufacturero como en el de servicios. En el análisis por países, el crecimiento de las plantillas se recuperó marginalmente en Alemania, pero se deterioró ligeramente en Francia y se mantuvo estable en el resto de la región, aunque en todos los casos se mantuvo moderado.

Entretanto, las fábricas indicaron la primera mejora (marginal) de los plazos de entrega de los proveedores desde enero de 2020. No obstante, los plazos de entrega a menudo solo mejoraron porque los proveedores tuvieron menos trabajo debido a una menor demanda de insumos, que de nuevo cayó intensamente en diciembre.

SE MODERA LA INFLACIÓN

Una de las ventajas de la mejora de la oferta y reducción de la demanda fue una marcada atenuación de la inflación de los costes de los insumos en el sector manufacturero, hasta su mínima desde diciembre de 2020, y en el sector servicios, hasta su mínima desde enero de 2022. Medidos en su conjunto, en consecuencia, los precios pagados aumentaron al ritmo más lento desde mayo de 2021, aunque de todos modos subieron a un ritmo históricamente intenso.

Los precios cobrados por los productos y servicios también siguieron aumentando en gran medida, aunque la tasa de inflación se moderó hasta su mínima de los últimos doce meses, reflejando tasas de aumento menos marcadas en los dos grandes sectores estudiados. La desaceleración de la inflación de los precios de venta se vinculó a menudo con el crecimiento más lento de los costes, pero en algunos casos, también se relacionó con la necesidad de ofrecer descuentos para ayudar a estimular las ventas.

Por último, el sentimiento para los próximos doce meses se mantuvo reducido en comparación con sus niveles históricos. El índice de perspectivas de actividad futura se situó en 55,1 en comparación con la media a largo plazo de 60,8. La confianza siguió afectada especialmente por la preocupación por el impacto del creciente coste de vida, la crisis energética, la guerra en Ucrania y los crecientes tipos de interés, además de una gran preocupación por el empeoramiento de las perspectivas económicas, tanto a nivel nacional como internacional.

Sin embargo, el sentimiento siguió repuntando frente a la mínima reciente registrada en septiembre, alcanzando su máxima de los últimos cuatro meses, lo que refleja una mejora de la confianza en el sector servicios y un notable cambio de un pesimismo neto a un renovado optimismo en el sector manufacturero. Estas perspectivas más positivas fueron asociadas a menudo a las mejoras en las cadenas de suministro, menos preocupaciones por las energías e indicios de que la inflación ya alcanzó su punto máximo.

Por países, la caída de la actividad total fue generalizada, pero en Francia se registró un empeoramiento de la desaceleración. El Flash del índice PMI compuesto francés se redujo de 48,7 a 48, señalando el segundo mes consecutivo de disminución de la actividad total y el mayor declive desde noviembre de 2014 si no se toma en cuenta la pandemia. Una atenuación de la desaceleración del sector manufacturero fue neutralizada por la caída más intensa de la actividad del sector servicios de los últimos veintidós meses.

Entretanto, en Alemania se moderaron las tasas de declive tanto del sector manufacturero como del de servicios, impulsando el flash del índice PMI compuesto al alza por segundo mes consecutivo, de 46.3 registrado en noviembre a 48.9. Por lo tanto, la lectura de diciembre registró la menor caída de la actividad total alemana de los últimos seis meses.

En el resto de la zona euro, la actividad total cayó por cuarto mes consecutivo, aunque el ritmo de declive se ralentizó por segundo mes consecutivo hasta indicar el deterioro más reducido observado hasta la fecha. Aunque la actividad del sector servicios se mantuvo prácticamente igual, el mayor cambio fue observado en el sector manufacturero, cuya última caída de la producción fue la menos intensa de los últimos cuatro meses.

¿LOS INDICADORES A FUTURO TRAEN BUENOS AUGURIOS?

Desde S&P Global Market Intelligence comentan que "los datos para el cuarto trimestre equivalen a una contracción del PIB a una tasa trimestral de apenas menos de 0,2% y los indicadores a futuro actualmente traen buenos augurios, ya que sugieren que la tasa de declive se seguirá atenuando en el primer trimestre del 2023".

"La desaceleración económica del sector manufacturero se ha moderado con especial intensidad en diciembre, principalmente en Alemania, y se debió a una combinación de una mejora de las condiciones de la oferta y una reducción del temor a las limitaciones del consumo de energía. El malestar en el sector servicios también se ha calmado, en parte gracias a signos de menos temores relacionados con la presión del coste de vida y, en el sector de servicios financieros, a una menor preocupación por el endurecimiento de las condiciones financieras", añaden.

En cuanto a las perspectivas para la inflación, consideran que son "especialmente alentadoras, puesto que ahora las cadenas de suministro están mejorando por primera vez desde el comienzo de la pandemia y los costes de las empresas aumentan a un ritmo vastamente reducido, que a su vez se traduce en menores tasas de incremento de los precios cobrados tanto por los productos como por los servicios. La desventaja es que este mejor panorama inflacionista principalmente es un síntoma de la caída de la demanda, que ha eliminado el poder de fijación de muchas empresas y sus proveedores, y en el entorno empresarial la confianza sigue siendo muy reducida en comparación con los niveles históricos".

Por ello, "mientras que es probable que la contracción económica este invierno sea menos intensa que lo que muchos preveían anteriormente, sigue habiendo pocos indicios evidentes de un regreso significativo al crecimiento a finales del 2022", concluyen.

Por su parte, los analistas también creen que "la mejora del impulso es un buen augurio para la dinámica de principios de 2023, pero las perspectivas de crecimiento siguen siendo frágiles en medio de vientos en contra y riesgos a la baja", como expresan en Oxford Economics.

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