El Congreso de los Diputados ha dado luz verde al plan de ayudas directas a autónomos y pymes de 7.000 millones de euros propuesto por el Gobierno. La votación ha estado marcado por el gran número de abstenciones, 113, pese a que gran parte de los partidos estaban a favor de poner en marcha ayudas a las empresas más perjudicadas por la crisis del coronavirus.
La vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha sido objeto de críticas por parte de la mayoría de los políticos que han intervenido previamente. Algunos partidos han lamentado que las ayudas "llegan demasiado tarde". PP y Ciudadanos, por su parte, han explicado que su abstención es "por responsabilidad". Sin embargo, partidos como Más País o Vox han votado en contra del plan del Ejecutivo.
La diputada del PNV, Idoia Sagastizabal, ha mostrado el descontento de su partido y ha afirmado que "esperábamos esto como agua de mayo y lo que nos encontramos es un jarro de agua fría.
Calviño no se ha librado tampoco de las críticas desde el propio seno de coalición, en el que Pablo Echenique ha reprochado el retraso del plan por las resistencias de una parte del Gobierno que "quiere volver lo antes posible a la mal llamada austeridad" y se opone a "cualquier aumento de la inversión pública, aunque sea para ayudar a la gente".
No obstante, ha salido a defenderse de los múltiples ataques y ha sostenido que "hagamos lo que hagamos, no les va a parecer bien". "Es un elemento más de la red que ha tejido el Gobierno para apoyar a las empresas y autónomos", ha apostillado Calviño.
De los 11.000 millones de euros que se contemplan en el plan, 7.000 millones irán para ayudas directas. De estos últimos, 2.000 serán exclusivamente para Canarias y Baleares, por el peso del turismo en su economía, y los 5.000 millones restantes se distribuirán entre el resto de comunidades y Ceuta y Melilla.
Las medidas aprobadas han recibido el apoyo de 177 diputados, con 50 votos en contra y 113 abstenciones.
