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Sharecast / Maria Ziegler via Unsplash

El mercado inmobiliario europeo presenta una atractiva oportunidad de valor añadido, especialmente en el sector de la vivienda. Así lo señalan en DWS, donde aseguran que 2025 será un año excepcional para el inmobiliario europeo aludiendo al término de 'bateador suplente'.

Como explica Ruben Bos, Head of Real Estate Investment Strategy para Europa de DWS, el término 'bateador suplente' tiene su origen en el béisbol en referencia al que entra para reemplazar a un jugador titular en un momento crítico del partido.

En el contexto de la inversión inmobiliaria europea, el término significa un giro estratégico en respuesta a los cambios del mercado.

"Es como si un entrenador de béisbol sustituyera a un bateador para aprovechar una oportunidad en un momento crucial. Por otro lado, el hecho de ser un 'bateador suplente' en el mundo de la inversión subraya la importancia de tener una cartera diversificada", señala.

En su opinión, es un buen momento para centrar la atención en el mercado inmobiliario europeo, puesto que, con sus ventajas intrínsecas de diversificación e ingresos estables, "podría generar rentabilidades atractivas acordes al riesgo".

"Europa está entrando en un nuevo capítulo prometedor, con datos de ocupación sólidos, una oferta nueva limitada, rendimientos estabilizados, una liquidez creciente y un entorno de tipos de interés más flexibles. Creemos que el año 2025 será un año excepcional para el sector inmobiliario europeo", indica.

¿Por qué el sector inmobiliario europeo ahora a pesar de las flojas perspectivas de crecimiento? "Es bien sabido que se prevé que Europa registre un crecimiento económico moderado. Sin embargo, desde el punto de vista inmobiliario, Europa se beneficia de unos niveles de oferta históricamente más bajos, una menor disponibilidad de suelo y una normativa urbanística más estricta, lo que se traduce en unas tasas de vacantes estructuralmente más bajas", responde.

Además, cree que, de cara al futuro, aunque Europa se encamina hacia un crecimiento económico moderado, probablemente por detrás de otras grandes economías desarrolladas, "si miramos más allá de los titulares, las perspectivas son más satisfactorias", matiza. De hecho, afirma que "la debilidad macroeconómica general no debería necesariamente disuadir la inversión en el mercado europeo".

"Mientras Europa se enfrenta a unas perspectivas de crecimiento lentas a escala nacional, las ciudades clave muestran una trayectoria mucho más prometedora, lo que pone de relieve su resiliencia y vitalidad", añade. A esto se suma que, en general, la inflación está bajo control en Europa, "ya que los bancos centrales aplicaron subidas de los tipos de interés para gestionar la oferta monetaria y frenar el gasto. Los recortes de los tipos de interés ya están en marcha en toda Europa, lo que favorece al sector inmobiliario", dice.

Con este escenario, ¿cuál sería la estrategia de inversión? Como afirma, en Europa, las estrategias de inversión se centran en mercados con restricciones de oferta. También observa una creciente polarización entre ubicaciones y calidad de activos, lo que "está creando un panorama en el que las discrepancias entre sectores y mercados son más pronunciadas que nunca. La ubicación y la selección de activos son fundamentales, ya que observamos una mayor dispersión entre los ganadores y los perdedores en Europa".

Bos remarca que el mercado inmobiliario europeo "presenta una atractiva oportunidad de valor añadido, especialmente en el sector de la vivienda" y que "los datos consolidados, como las bajas tasas de desocupación, la disminución de la oferta y el fuerte crecimiento de los alquileres, junto con una corrección de los precios, crean una ventana única para la inversión".

Aquí ve que es "esencial" adoptar un enfoque global de gestión de activos para "adaptar los inmuebles a la cada vez más estricta normativa y ofrecer soluciones de vivienda adaptadas al futuro. Esta estrategia no sólo contribuye a garantizar el cumplimiento de la normativa, sino que también puede ayudar a posicionar los activos de para aprovechar el gran crecimiento del sector de la vivienda".

También observa condiciones favorables para las estrategias de valor añadido, que son pertinentes en Europa, como las ciudades de alta densidad y escasez de suelo, el parque inmobiliario antiguo que está preparado para la modernización, el estímulo normativo para las mejoras de la propiedad que no sólo cumplen con las normas modernas, sino que también atraen a los inquilinos e inversores conscientes de ESG, el creciente énfasis en las iniciativas verdes, con acceso a préstamos subvencionados que hacen que estas mejoras sean económicamente viables, y, por último, la financiación atractiva para las conversiones con fuertes certificaciones ESG.

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