La inflación continuó con su ritmo ascendente en junio. En concreto, los precios en la economía española aumentaron un 2,3% en el sexto mes del año, dos décimas por encima del dato de mayo, en su desarrollo más agresivo de los últimos catorce meses. Un fenómeno que ha fomentado "un cierto debilitamiento del consumo como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo" de las familias, asegura el Banco de España (BdE) en su último informe trimestral.
Y es que el coste salarial de las empresas aumentó un 0,8%, según el organismo que preside Pablo Hernández de Cos. Un pago del salario base, complementos salariales, pagos por horas extraordinarias, pagos extraordinarios y pagos atrasados que, en términos brutos, alcanzó los 1.844,24 euros por trabajador y mes de enero a marzo, último dato disponible.
Un menor dinamismo de los salarios en España que se traduciría en una pérdida del 1,5% del sueldo medio por trabajador, unos 332 euros menos al año. Un menor poder adquisitivo que perjudicaría al consumo privado de las familias, principal motor de la actividad económica gracias a su reciente "ritmo elevado de avance, en un contexto de mejora sostenida del empleo", subraya el BdE.
Mientras que las pagas en Alemania (+2,7%) y Francia (+2,0%) experimentaron fuertes desarrollos en el primer trimestre, España e Italia apenas soportaron presiones salariales en sendos mercados laborales, apuntan los analistas de Danske Bank. Escenario que esconde una tasa de paro aún elevada, del 16% en nuestro país y del 11% al sur de los alpes, que no incentiva al tejido empresarial a incrementar sus pagas ante una escasez de trabajadores cualificados.
RIOJANOS, MANCHEGOS Y ANDALUCES, LOS MÁS PERJUDICADOS
Los resultados de la última Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) del INE mostraron un ascenso de los salarios en diez de las diecisiete comunidades autónomas del territorio nacional. Sin embargo, tan solo los trabajadores de Cataluña (+3,2%) y Baleares (+2,9%) obtuvieron una mejora de sus pagas superior al último dato de inflación. En concreto, los asalariados catalanes verían aumentar su sueldo en 200 euros de media al año, mientras que los baleares lo harían en 133 euros.
La peor parte se la llevan los trabajadores de La Rioja (-3,5%), Castilla-La Mancha(-2,7%) y Andalucía (-1,8%), donde sus salarios cayeron en el primer trimestre sin siquiera descontar el efecto de la inflación. De consolidarse este avance de los precios y al sumar ambos fenómenos, los riojanos ganarían 1.280 euros menos al año, 1.106 euros menos los manchegos y 907 euros menos los andaluces.
