Las actas de la última reunión del Banco Central Europeo (BCE) muestran que nuevas subidas en los tipos de interés "no forman parte del escenario base", aunque advierten de que estas podrían llegar "si fuera necesario" y la inflación no diera muestras de dirigirse a la meta marcada del 2%.
De esta manera, el banco central considera que, "con las tasas en territorio restrictivo, se necesita paciencia y perseverancia para asegurar que la inflación converja hacia la meta de mediano plazo de manera oportuna". Sin embargo, esto no descarta por completo nuevas subidas, ya que el Consejo de Gobierno evaluará los datos entrantes a medida que lleguen y "actuaría si fuera necesario".
"Los miembros abogaron por mantener la puerta abierta a una posible nueva subida de tipos, de acuerdo con el énfasis del Consejo de Gobierno en la dependencia de los datos", señala el texto.
Tanto en la última reunión con en las que la precedieron, el BCE ha querido dejar clara su dependencia de los datos a la hora de adoptar sus decisiones de política monetaria, y esta seguirá siendo la guía de cara al cónclave de diciembre.
"Las futuras decisiones del Consejo de Gobierno deberían garantizar que los tipos de interés oficiales del BCE se fijaran en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que fuera necesario. El Consejo de Gobierno debería seguir aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel y la duración adecuados de la restricción", agrega.
En este sentido, el organismo destaca que "para su reunión de política monetaria de diciembre, el Consejo de Gobierno tendrá nuevos datos sobre el crecimiento del PIB para el tercer trimestre, las cifras de inflación de octubre y noviembre, nuevos datos monetarios y una nueva ronda de proyecciones".
UN "REPUNTE" INFLACIONARIO
Sobre las tendencias de los precios, el BCE apunta que "a finales de año se podría esperar un repunte temporal de la inflación general debido a efectos de base relacionados con la energía". Sin embargo, la tendencia general se mantiene a la baja.
En general, los banqueros centrales consideran que los últimos movimientos de la inflación se encuentran "en gran medida en línea" con sus expectativas.
"Además, se señaló que los indicadores de inflación subyacente habían avanzado en la dirección correcta durante los últimos meses y que la mayoría había superado su punto máximo y continuaba cayendo. Al mismo tiempo, se observó que las presiones sobre los precios internos seguían siendo fuertes, lo que reflejaba la persistencia de la inflación de los servicios y el impacto de las continuas presiones salariales sobre la inflación subyacente", subraya.
Al mismo tiempo, la economía de la eurozona se mantiene "débil" y las perspectivas se están "deteriorando", por lo que el banco central no espera un cambio de tendencia antes de que finalice el año.
"Sin embargo, a medida que la inflación caiga aún más, los ingresos reales de los hogares se recuperen y la demanda de exportaciones de la zona del euro se recupere, la economía debería fortalecerse en los próximos años", prevé.
Esta perspectiva de "crecimiento algo más débil" sigue siendo "compatible con una narrativa de 'aterrizaje suave'", gracias en parte a "unos balances sólidos de los hogares".
"Los datos disponibles sugirieron que el mayor ahorro en el segundo trimestre de este año reflejó, en gran medida, reembolsos de préstamos más que mayores tenencias de efectivo. Si bien esto sugería que los hogares no estaban a punto de empezar a consumir más de forma inminente, la mejora de los balances fue positiva para la estabilidad financiera e hizo que las posiciones de los hogares fueran más seguras a largo plazo", concluye.