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Eduardo Parra - Europa Press

La moratoria de multas en Madrid Central arranca mañana 1 de julio y se prolongará hasta el 30 de septiembre, un total de tres meses en los que acceder a este área de bajas emisiones no conllevará multas pero sí avisos a aquellos conductores que traspasen la doble línea roja establecida en la calzada y que delimita el perímetro de acceso.

Esta medida, ha reiterado el Consistorio, "no suprime, no suspende, no elimina" Madrid Central. La intención es "reconvertir" la medida. El nuevo equipo de Gobierno ve "imprescindible" un nuevo periodo de avisos para que haya información de esta normativa y también fiabilidad, por lo que se aprovechará la moratoria para llevar a cabo una "auditoría de los sistemas de control".

Todo ello según lo previsto en el artículo 247 de la ordenanza de Movilidad, tal y como se estableció del 30 de noviembre al 16 de marzo, con el anterior equipo de Gobierno, cuando se puso en marcha el periodo de avisos.

Pese a que ahora acceder a estas 472 hectáreas no conllevará penalización administrativa, desde Cibeles han reiterado la necesidad de que los madrileños continúen utilizando el transporte público. Mientras que esté en vigor la moratoria, se llevará a cabo el refuerzo en la Empresa Municipal de Transportes (EMT), así como reuniones con afectados y el inicio de la redacción y elaboración de una convocatoria de ayudas para la renovación de flotas.

El refuerzo adicional de la EMT quiere además de fomentar el transporte público en el centro "apuntalar el modelo" de alternativas que quiere llevar a cabo este equipo de Gobierno. Se están redactando también las convocatorias de líneas de ayuda de renovación de flota, de turismo, y subvenciones para puntos de recarga de coches eléctricos. "Trabajaremos con carácter inmediato", ha apuntado el delegado de área.

A VUELTAS CON MADRID CENTRAL

Antes de que llegara la campaña electoral de las elecciones municipales, el entonces portavoz del PP, José Luis Martínez-Almeida, afirmó que esta medida, punta de lanza del gobierno municipal de Manuela Carmena, se iba a revertir. Aseguró que no había sido eficiente y, sobre todo, que no se había conseguido el efecto perseguido, rebajar la contaminación en la capital.

Pese a que el Estado había esquivado de este modo la multa de la Unión Europea por no rebajar los niveles de contaminación, PP echó mano de los índices de contaminación de las estaciones de medición para reafirmar su argumentación. Desde entonces siempre han mantenido que la única estación en la que la contaminación disminuyó fue en la del Carmen.

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