Volkswagen comenzaba el año con la inercia compradora de finales de 2017 que le hizo dibujar unos máximos de los últimos dos años y medio en los 191,80 euros. No obstante desde entonces ha ido perdiendo todos los soportes que se ha ido encontrando en su camino. El abandono, este pasado mes de agosto, del soporte de los 138,30 euros y su posterior pull back nos muestra la debilidad actual de la compañía alemana. Lo más normal es que, para las próximas sesiones, acabemos viendo una continuación de los descensos hasta los mínimos del pasado año que dibujara en los 128,05 euros, precios un 5,5% por debajo de los actuales. Plantearnos una toma de posiciones por estos precios no parece una buena idea y es que no volveremos a ver una señal de fortaleza mientras que se mantenga cotizando por debajo de los 150,80 euros, máximos del pasado mes de agosto.
