• ERC no ve con buenos ojos los planes de Junts per Catalunya
Carles_Puigdemont_president

El expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, no ceja en su empeño de conseguir una investidura, ni que sea simbólica. Sus planes pasan por ejercer de referente político en la distancia de un nuevo gobierno que tendría en Jordi Sánchez un presidente ejecutivo. Su papel sería el de presidente de la república desde su casa de Waterloo, en Bélgica.

Pero ERC no está por la labor. El bloqueo institucional está pasando factura en la Generalitat y empiezan a haber retrasos en subvenciones y ayudas que son fundamentales, especialmente para el tercer sector, cuentan a Bolsamanía fuentes cercanas. Los republicanos no ven con buenos ojos esta división de liderazgo en la que Puigdemont dictaría las directrices desde la “casa de la república” en la que quiere convertir su residencia y el número dos de Junts per Cataluña ejecutaría la política del día a día porque puede prolongar aún más los efectos del 155.

Es más, Sánchez, que sigue en la prisión de Soto del Real cedería a Puigdemont varias de las funciones propias e intransferibles del president de la Generalitat, como capacidad para nombrar a los miembros del ejecutivo catalán y hasta decidir sobre la convocatoria de elecciones. Explica 'La Vanguardia' que los republicanos tiene dudas sobre la posible impugnación del Tribunal Constitucional de semejante acuerdo, además de que se podría llegar a considerar que hay delito de usurpación de funciones, según el rotativo del Grup Godó.

INVESTIDURA A DISTANCIA EN SUSPENSO

Entretanto, el plan de Junts per Catalunya para la investidura encontró este martes otra piedra en el camino. La Mesa del Parlament ha decidido, por ahora, dejar la propuesta en suspenso a la espera de lo que dicten los letrados del Parlament.

Esta eventualidad no ha sentado bien en la lista de Puigdemont y, explica el diario, no se ve otra salida que una nueva convocatoria de elecciones.

Noticias relacionadas

contador