• El Parlamento Europeo ha destinado más de 125 millones de euros entre 2012 y 2016 en los gastos de las misiones de su personal entre las tres sedes de Bruselas, Luxemburgo y Estrasburgo
  • A pesar de todo, el Tratado de Roma estipula que "la sede de las instituciones de la Unión será fijada de común acuerdo por los Gobiernos de los Estados miembros"
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Hemiciclo de la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

El proceso de elección de nuevas sedes para la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y la Agencia Bancaria Europea (EBA), actualmente ubicadas en Londres, ha reavivado el debate en la Unión Europea (UE) sobre la conveniencia de que el Parlamento Europeo tenga más de una sede. En concreto se ha aprovechado esta reubicación de instituciones europeas por el Brexit para cuestionar de nuevo la idoneidad de mantener la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, ya que muchos argumentan que la UE se podría ahorrar, según distintos estudios, entre 103 y 180 millones de euros al año si su cámara legislativa tuviera una única sede, en vez de tres.

"El Parlamento Europeo es ridículo. Muy ridículo. El hecho de que una treintena de diputados asista a esta sala demuestra que el Parlamento no es serio". Esas fueron las palabras que Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, pronunció este martes 4 de julio desde la sede del Europarlamento en la ciudad francesa de Estrasburgo, donde a lo largo de esta semana se ha celebrado la sesión plenaria correspondiente al mes de julio.

Juncker: "El Parlamento Europeo es ridículo. Muy ridículo. El hecho de que una treintena de diputados asista a esta sala demuestra que el Parlamento no es serio"

Dichas declaraciones han llegado en medio del reavivamiento del planteamiento sobre la conveniencia de mantener un Parlamento Europeo (PE) con tres sedes distintas, o si reubicar este en una única sede. De hecho, tan solo un día después, el miércoles 5 de julio, los eurodiputados mantuvieron un acalorado debate al respecto.

¿POR QUÉ TRES SEDES?

Los Estados miembros de la Unión Europea decidieron por unanimidad en 1992 cuáles serían las sedes permanentes de sus instituciones, entre ellas lógicamente el Parlamento, al que otorgaron tres sedes distintas ubicadas en Bruselas, Estrasburgo y Luxemburgo. Y esta decisión fue finalmente incorporada al Tratado de la UE de 1997, también conocido como Tratado de Ámsterdam.

Por tanto, en la actualidad, las comisiones parlamentarias se reúnen en la capital belga y, de esta forma, se concentra allí la mayor parte del volumen de trabajo. Sin embargo, la Secretaría General del Parlamento, es decir, los servicios administrativos, así como la imprenta del Europarlamento, se encuentran en la sede luxemburguesa; y en la ciudad gala se celebran las sesiones plenarias.

Es decir, este reparto de sedes supone que, cada mes, alrededor de 5.000 personas sumando eurodiputados, funcionarios, intérpretes, personal temporal y otro personal contratado desde Bruselas y Luxemburgo se tengan que trasladar a Estrasburgo para celebrar las sesiones plenarias. Estas tienen lugar tan solo durante cuatro días cada mes, excepto en agosto, por lo que en octubre se dan dos sesiones plenarias del PE, aunque no en semanas consecutivas, lo que implica que la sede francesa solo es utilizada 48 días al año. O, lo que es lo mismo, el 86% del tiempo está cerrada.

Respecto al número de personas, cabe indicar, como lo hacen desde el Parlamento Europeo, que puede ser muy diverso, ya que depende de los temas que se vayan a tratar en la sesión plenaria de cada mes y las necesidades que cada grupo estime. Por tanto, es una cifra estimada.

UN DEBATE “FUERA DE LUGAR”

A pesar de todo, este miércoles varios eurodiputados defendieron en la sesión plenaria de Estrasburgo que la discusión sobre ubicar el Europarlamento en una única sede está “fuera de lugar”. “Este debate, como todos los anteriores, no es oportuno”, fueron las palabras de Christine Ravault, eurodiputada por el Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas.

La sede de las instituciones de la Unión será fijada de común acuerdo por los Gobiernos de los Estados miembros

Estos argumentos se basan en el hecho de que el Tratado de Roma de 1957 establece en su artículo 341 que “la sede de las instituciones de la Unión será fijada de común acuerdo por los Gobiernos de los Estados miembros”. En otras palabras, que el Parlamento Europeo no es competente para decidir sobre esta materia.

Sin embargo, no es la primera vez que se celebra un debate relativo a este asunto en el Parlamento de la UE. Es más, en noviembre de 2013 los eurodiputados realizaron una votación de carácter consultivo al respecto, con el fin de mostrar un respaldo a la idea de que el Parlamento pueda decidir dónde se reúne. El resultado fue un 73,4% de apoyos, con 483 votos a favor, 141 en contra y 34 abstenciones.

UN AHORRO DE ENTRE 103 Y 180 MILLONES DE EUROS AL AÑO

Dicha votación se produjo tras la presentación de un estudio que aseguraba que podrían ahorrarse 103 millones de euros al año si se trasladaran todas sus actividades de Estrasburgo a Bruselas. En otras palabras, un 6% del presupuesto del Parlamento Europeo, según indica la propia institución comunitaria.

Sin embargo, dicha cifra fue incrementada un año más tarde en un informe elaborado por el Tribunal de Cuentas hasta los 114 millones de euros anuales. Cifra total que surgiría de la parada en el gasto en los viajes que los empleados de la UE deben realizar cada mes a Estrasburgo y el mantenimiento de la sede gala.

Pero los diferentes cálculos no acaban ahí, ya que en febrero de 2011 el eurodiputado liberal británico Edward McMillan-Scott presentó un estudio de la Universidad de Zúrich que aseguraba que si los plenos de la Eurocámara se celebrasen solo en Bruselas, la UE se ahorraría 180 millones de euros al año. La misma cifra que estimó la Secretaría General del Parlamento Europeo en 2002.

Esta última cifra es la que toma como referencia la campaña ‘Single Seat’, una iniciativa popular europea que nació como un movimiento interno entre los eurodiputados con el objetivo de que el Parlamento Europeo pase a tener una única sede y que, hasta el momento, ha sido firmada por más de 11.460 personas.

Uno de los españoles que forman parte de este movimiento es Jordi Sebastià, exeurodiputado durante dos años y medio, y actual portavoz de Compromís en la Eurocámara. Para él, viajar a Estrasburgo cada mes suponía una ruptura “del ritmo y de la convivencia familiar”, ya que era “bastante pesado estar viajando constantemente”. Una opinión que coincide con la del eurodiputado de ERC, Josep-Maria Terricabras, quien también apoya la campaña ‘Single Seat’. En su opinión, estos viajes mensuales son un “engorro personal”. Además, ambos coinciden en destacar la mala comunicación en transporte con la ciudad francesa.

Sebastià incluso va más allá y asegura la Estrasburgo “se aprovecha mucho de la situación” y “sube mucho los precios” de los hoteles, igual que las compañías aéreas o de cualquier otro tipo de transporte.

En un primer lugar, son los eurodiputados quienes sufragan todos los gastos que les provocan estos viajes mensuales a la sede de Estrasburgo para acudir a las sesiones plenarias. Pero posteriormente es el Parlamento Europeo el que financia estos gastos, aunque con unos límites: los eurodiputados tienen derecho al reembolso del coste real de sus billetes de viaje para asistir a esas reuniones, previa presentación de recibos, hasta un límite máximo equivalente a la tarifa de la clase de negocios o similar para los viajes en avión, a la tarifa de primera clase para los viajes en tren o hasta un límite de 0,50 euros por kilómetro para los viajes en coche, hasta un máximo de 1.000 kilómetros. Además, los diputados del PE reciben unas dietas fijas calculadas en función de la distancia y de la duración de la misión y destinadas a cubrir los restantes gastos relacionados con el viaje, como, por ejemplo, los peajes de autopistas o los gastos de reserva.

El Parlamento Europeo ha destinado 125,3 millones de euros entre 2012 y 2016 para sufragar los costes de los viajes entre sus tres sedes

De esta forma, el presupuesto que la Eurocámara ha destinado a cubrir los gastos relacionados con los desplazamientos entre las tres sedes de Bruselas, Estrasburgo y Luxemburgo del personal de la institución, además de expertos nacionales y de las personas en periodo de prácticas, entre otras, ha sido de 125,3 millones de euros entre los años 2012 y 2016. Además, para los años 2017 y, según el proyecto de los presupuestos de la institución comunitaria para 2018, este gasto será de más de 55 millones en el próximo año y medio.

Estas partidas cubren de manera concreta, además de los gastos en transporte de esos viajes mensuales, el pago de dietas diarias de la misión o viaje, los gastos de alojamiento y las indemnizaciones compensatorias por horarios imperativos, además de otros gastos accesorios a estos. Igualmente, desde el 2015 los presupuestos del Parlamento Europeo indican que este dinero también está destinado a sufragar los “gastos relacionados con las posibles compensaciones por las emisiones de carbono derivadas” de estos desplazamientos mensuales.

Y es que, según distintos datos que manejan la mayoría de los eurodiputados y que usan en sus argumentaciones, estos desplazamientos que deben hacer los eurodiputados cada mes producen emisiones de 19.000 toneladas de dióxido de carbono al año.

PERMANECERÁN LAS TRES SEDES

Todos estos datos son utilizados por la mayoría de los europarlamentarios para defender que la Eurocámara pase a tener una única sede y que se modifiquen los tratados de la UE para que esa unificación sea posible.

Muchos eurodiputados defienden que a ciudad de Estrasburgo no tiene capacidad para albergar el Parlamento Europeo como única sede

Para muchos de ellos, la mejor opción sería trasladar todo el Parlamento Europeo a la sede de Bruselas, ya que la ciudad de Estrasburgo no tiene capacidad para albergar todo lo que ello supondría. Y, aprovechando la reubicación de la EMA y la EBA, alegan que la ciudad francesa podría pasar a acoger la Agencia Europea del Medicamento.

El portavoz en el PE y el eurodiputado entrevistados por ‘Bolsamanía’ coinciden con esta opinión. En cambio, aquellos europarlamentarios que no están a favor alegaron en la sesión plenaria de este miércoles que “Estrasburgo es el símbolo de la fraternidad”, además de que la sede de Bruselas “se desmorona”. En concreto, afirman que la sede ubicada en la capital de Bélgica precisaría de “500 millones de euros durante 15 años” para ser reformada, y gastar “tanto dinero” en ello “sería un escándalo”.

De esta forma, mientras gran parte de la Eurocámara considera que esta “trashumancia” mensual a Estrasburgo es un “circo, patético y permanente”, otros defienden, sobre todo los eurodiputados franceses, que se está olvidando la reconciliación francoalemana que simboliza la polémica sede. Sin embargo, como indica el miembro del PE Nicklas Lindström a ‘Bolsamanía’, ahora existe la esperanza de que el presidente francés, Emmanuel Macron, esté dispuesto a debatir sobre el asunto.

Por tanto, se podría decir que este conflicto es realmente una “batalla del Parlamento Europeo contra los Estados miembro”, tal y como declara Sebastià, ya que no se podrá modificar la situación hasta que se cambien los tratados de la UE. Por ello, para el portavoz de Compromís no cambiará nada “en el corto o medio plazo”, al igual que para Terricabras, quien declara que sólo podrá suceder algo “a larguísimo plazo”. Eso sí, para este último, no hay “ninguna duda” de que, de reubicarse el Parlamento Europeo, será en la sede de Bruselas. “Por ahora no va a poder pasar, pero seguiremos insistiendo”, sentencia.

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