• No obstante, el texto final cuenta con importante diferencias con el plan inicial del presidente
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Donald Trump ya tiene su primer regalo de Navidad. Los republicanos del Senado y la Cámara de Representantes han alcanzado un acuerdo sobre el proyecto de la ansiada reforma fiscal que pretende el presidente. Ahora queda que ambas cámaras aprueben este texto y que Trump lo ratifique con su firma.

Este paso cumple con el sueño de Trump de aprobar este plan tributario antes de fin de año. John Cornyn, el número dos de los republicanos en el Senado, anunció este domingo en entrevista con un programa de la cadena ABC su confianza en la aprobación de la legislación, la cual, sugirió, se llevaría a cabo el martes. El congresista republicano Kevin Brady también aseguró que su partido tiene los votos necesarios para que la reforma quede aprobada en las votaciones de esta semana.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, se mostró contento pero no quiso dar fechas. “Esto es una realidad. La reforma fiscal bajo el control republicano de Washington es una realidad”. “La mayoría de los detractores no creían que pudiera suceder. Y ahora estamos en el umbral de algo verdaderamente histórico”, aseguró Ryan. Desde la Casa Blanca anunciaron que Trump “no ve la hora de cumplir la promesa que hizo al pueblo estadounidense de darle un recorte de impuestos antes de que finalice el año”.

Las negociaciones entre ambas cámaras no han resultado sencillas, pese a que los republicanos tienen mayoría en las dos. La comisión formada por la Cámara de Representantes y el Senado ya había acordado un texto a mediados de semana, pero en la versión dada a conocer este viernes, se introdujeron algunas modificaciones que exigió para brindarle su apoyo el senador Marco Rubio. El Senado es la clave de este acuerdo, debido a que el partido republicano cuenta con una mayoría de 52 a 48, y no puede permitirse muchos 'rebeldes'.

UN REFORMA LIGHT

Donald Trump logra cumplir una de sus principales promesa de campaña. Aunque no al 100%. Las reiteradas modificaciones que ha sufrido se plan tributario para logar el mayor consenso entre los republicanos han provocado que, el texto que se votará en las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos, difiera bastante de la idea inicial del presidente de Estados Unidos.

Como es el caso de la bajada del Impuesto de Sociedades. El acuerdo recoge una bajada del 35 al 21% en el actual impuesto de sociedades que pagan las empresas. No obstante, la intención inicial del presidente era una bajada hasta el 20%, pero finalmente accedió al 21% debido a reglas del Congreso que no permiten aprobar una ley de impuestos que incremente el déficit por más de 1,5 billones de dólares en un plazo de diez años.

La reforma tributaria también incluye una reducción hasta 10.000 dólares de la deducción anual en impuestos locales y estatales (provinciales), que hasta ahora era ilimitada. La deducción de 10.000 dólares inicialmente estaba limitada al impuesto a la propiedad, pero con el texto definitivo los republicanos la ampliaron a todos los impuestos, incluido el de la renta.

Otro de los cambios que ha vivido la idea inicial de Trump ha sido la ampliación de los créditos impositivos por hijo, que pasa de 1.000 a 2.000 dólares por niño o niña. La medida beneficia a las familias con menores ingresos porque amplía de 1.100 a 1.400 dólares las posibles devoluciones derivadas de esta deducción. Una reclamación directa del senador Marco Rubio para aprobar el plan.

En este plan tributario, los parlamentarios republicanos han pactados dos medidas para aprobar a lo largo de la legislatura. En primer lugar, pretenden acabar con la obligación a todos los ciudadanos de tener un seguro médico que figura en la actual ley sanitaria, conocida como "Obamacare". Por otro lado, la autorización por primera vez las prospecciones de gas y petróleo en el Ártico.

Los analistas del banco alemán Berenberg consideran que esta reforma aumentará el crecimiento para los años 2018 y 2019. "Nuestro pronóstico económico sigue muy por encima del consenso y de la Reserva Federal", aseguran. La idea de la administración Trump es que este nuevo plan tributario se ponga en marcha a partir del 1 de enero.

Los expertos indican que hay dos puntos claves para valorar el impacto de esta reforma, sobre todo, desde el punto de vista empresarial. "En primer lugar, la cantidad de dinero que se puede conseguir a través de la repatriación de beneficios por parte de las empresas tras la bajada de impuestos y, en segundo lugar, el impacto de las reformas del impuesto corporativo y los recortes en los impuestos efectivos sobre el empleo y los salarios", indican.

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