• La mitad de esta desaceleración se explica por la situación en Cataluña, que afectará desde el 1 de octubre hasta marzo
  • El PIB recuperará el ritmo esperado antes del conflicto a partir del segundo trimestre
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Carles Puigdemont y Mariano Rajoy, enfrentadosBOLSAMANIA

Funcas se ha unido al Gobierno de España y a la AIReF y ha decidido rebajar la previsión de crecimiento para la economía española para 2018 debido a la tensión política en Cataluña. Funcas estima que España crecerá un 2,6% el año que viene, una décima por debajo de lo previsto inicialmente.

La mitad de esta desaceleración se explica por la situación en Cataluña, donde se reducirá a la mitad el crecimiento previsto inicialmente entre el 1-O y marzo de 2018. El consumo, la inversión y el turismo serían los más perjudicados. No obstante, Funcas mantiene el crecimiento del 3,1% para este año.

El PIB recuperará el ritmo esperado antes del conflicto a partir del segundo trimestre de 2018 como consecuencia de que, pese al cambio de sede social y fiscal de muchas empresas, los principales centros de actividad permanecen en Cataluña. En este escenario de normalización progresiva, el impacto sobre el resto de comunidades sería limitado.

En este contexto, Funcas espera que continúe la ralentización del consumo de los hogares, del 2,7% al 2,4%, a la que contribuirá el freno de la caída de la tasa de ahorro. En los últimos trimestres esta se ha reducido con intensidad, hasta zonas de mínimos históricos, sosteniendo el gasto en consumo. Por su parte, otros componentes de la demanda nacional, como la inversión en vivienda, mantendrán su dinamismo.

La principal amenaza a que se enfrenta la economía española es una incertidumbre prolongada en Cataluña

El sector exterior reducirá su aportación al crecimiento tanto en 2017 como en 2018 en gran medida por el sector turístico, que acusará la saturación de ciertos destinos y la incertidumbre en Cataluña.

En cuanto a la inflación, Funcas prevé una evolución moderada, pese al repunte del precio del petróleo, con una subida de los precios de en torno al 1,5%.

La desaceleración de la economía se reflejará en la creación de empleo. El número de ocupados aumentará un 2,2%, siete décimas menos que en 2017. Aún así, la tasa de paro caerá hasta el 15,1%, el nivel más bajo desde finales de 2008.

El déficit de las Administraciones Públicas se situará en el 3,2% del PIB en 2017 y alcanzará el 2,4% en 2018, lo que permitiría una salida del “procedimiento de déficit excesivo”, que exige que el déficit se sitúe significativamente por debajo del umbral del 3%.

La principal amenaza a que se enfrenta la economía española es una incertidumbre prolongada en Cataluña. Esta situación tendría un impacto de magnitudes impredecibles sobre la estabilidad financiera, la inversión y la actividad económica en Cataluña, y afectaría el resto de España.

El otro riesgo es el de una pausa en el proceso de reformas y en la reducción de la deuda pública. En este contexto sería complicado mantener un crecimiento económico elevado a partir de 2019.

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