• La libra se deprecia un 29% contra el yen en 2016
  • Septiembre podría ser el punto de inflexión para empezar a ver un retroceso el valor del yen
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El año 2016 está siendo especialmente agitado para el mercado de divisas. Los tipos de interés de las principales economías están cada vez más bajos, incluso negativos, y los bancos centrales están maximizando sus esfuerzos para conseguir relanzar sus economías. En esta batalla por la depreciación, Japón es el que comparativamente partía con menor margen de maniobra y esto se ha trasladado a su divisa, que en los primeros ocho meses del año es la que que más se revaloriza de todas las monedas importantes.

Entre enero y agosto, el yen no ha parado de apreciarse contra las divisas y es la libra esterlina la que más cae con respecto a la moneda japonesa, contra la que se deja un 29%. El dólar estadounidense es la segunda que más pierde, con un 19%, y en cuarto lugar se encuentra el euro, que se deprecia un 16%.

Con el dólar cambiándose en algunas fases de agosto a menos de 100 yenes por primera vez desde 2014, muchos analistas sugieren que la divisa japonesa se girará a partir de este nivel. Y si no lo hace voluntariamente, las autoridades japonesas intentarán forzarlo con más actuaciones que persiguen hacerlo. Por ahora, el desafío continúa vigente, puesto que este martes se cambia a 100,3 yenes por dólar.

El Banco de Japón se vuelve a reunir el 20 de septiembre y los inversores siguen pendientes de si el primer ministro, Shinzo Abe, añadirá más estímulos a su economía. De hecho, su gabinete ya aprobó a principios de agosto el desembolso 13,5 billones de yenes (132.000 millones de dólares) en medidas fiscales como parte de los esfuerzos para relanzar su economía. Además de un aumento de sus compras de ETFs a 6 billones de yenes (59.000 millones de dólares), el doble del nivel actual.

Con los tipos de interés en el -0,1%, el BoJ tiene poco margen de maniobra en este sentido, por lo que los inversores siguen presionando para que continúen los estímulos fiscales que alimenten a las bolsas.

También se mantiene la posibilidad del llamado “helicóptero monetario”, que ha ido ganando peso en las últimas semanas, mediante la cual el banco central inyectaría dinero directamente en la economía real.

LAS EXPORTACIONES DE JAPÓN NO LEVANTAN CABEZA

El sector exportador de Japón es quien más está sintiendo los efectos de la apreciación del yen. Las ventas al exterior del ‘dragón’ asiático llevan diez meses consecutivos cayendo en tasa interanual y el último dato presentado en julio ha mostrado la mayor contracción desde el año 2009.

El sector automovilístico supone el 21% de las exportaciones totales de Japón y las acciones de sus tres principales exportadores no paran de caer. Toyota, Honda y Nissan pierden un 17%, 18,5% y 23,5% respectivamente en el año 2016.

PENDIENTES DE ESTADOS UNIDOS

Por otro lado, en EEUU es cada vez mayor el número de voces autorizadas que llaman a un aumento de los tipos de interés en septiembre. El último ha sido John Williams, presidente de la Reserva Federal de San Francisco, diciendo que esperar demasiado tiempo podría ser perjudicial para la economía. Además, en la reunión de esta semana en Jackson Hole, las palabras de Janet Yellen, presidenta de la Fed, sobre la evolución de la economía estadounidense serán clave.

Septiembre podría ser el punto de inflexión para empezar a ver un retroceso el valor del yen. Un aumento de tipos por parte de la Reserva Federal haría mucho más atractivos los depósitos en dólares, apreciándose así la divisa americana. El siguiente en seguir sus pasos podría ser el BCE, cuyos tipos sobre depósitos en negativo están lastrando de manera importante los beneficios de la banca europea.

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