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La economía de Alemania se expandió a un ritmo más lento en el primer trimestre de 2018 (+0,3%) tras crecer un 0,7% y un 0,6% en el tercer y último trimestre del pasado ejercicio respectivamente. Así lo ha confirmado la Oficina Federal de Estadística (Destatis) este jueves, que confirma los datos preliminares publicados a mediados de mayo.

La desaceleración se produjo principalmente por un comercio exterior "menos dinámico", ya que "tanto las exportaciones como las importaciones disminuyeron en comparación con el trimestre anterior". Asimismo, el gasto del Gobierno también cayó, por primera vez en cinco años, arrastrando así al crecimiento.

Sin embargo, la inversión de capital fue mayor, así como lo fue en construcción. Además, el consumo también se aceleró ligeramente (+0,4%), todo ello tirando del desarrollo económico del país. Los datos respaldan la información publicada por Destatis el día 15 de mayo, cuando los analistas anticipaban un crecimiento del 0,4%, una décima por encima.

Alemania sigue creciendo, aunque con menos fuerza. Elementos de riesgo como las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China a orillas del Pacífico, el creciente precio del petróleo y la inestabilidad política de Italia son algunos de los retos que la economía germana deberá superar.

"El aumento de los riesgos del comercio mundial no se debe solo a factores transitorios. El colapso del PIB deja la puerta abierta a un repunte parcial en el segundo trimestre, pero las nubes se acumulan sobre el panorama alemán", apuntan los analistas de Oxford Economics

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