• El iceberg podría ser denominado como A68 y pesa más de un billón de toneladas
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Un iceberg de unos 5.800 kilómetros cuadrados, el considerado como más grande de la historia, se ha desprendido del segmento Larsen C de la Antártida. Así lo ha asegurado los científicos del Proyecto Midas que han vigilado su evolución en los últimos años, y que ya habían alertado de lo que podría llegar a ocurrir. Unos temores que han acabado por confirmarse.

La grieta que ha acabado en ruptura comenzó a crecer y profundizarse en diciembre del año pasado, aunque había aparecido mucho antes

En un comunicado, del que se hace eco Efe, los expertos en estudios antárticos de la universidad galesa de Swansea han asegurado que el desprendimiento se produjo entre el 10 y el 12 de julio, separándose el iceberg del segmento Larsen C del continente blanco. Este iceberg, que podría ser denominado A68, pesa más de un billón de toneladas.

La ruptura, ha precisado este equipo, fue detectada por el instrumento satelital Aqua MODIS de la NASA. "Hemos estado esperando este suceso durante meses y nos ha sorprendido el largo tiempo que ha tardado la grieta en romper los últimos kilómetros de hielo", ha explicado Adrian Luckman, del Proyecto Midas. Hay que recordar que se trataba de una grieta antigua que comenzó a crecer y profundizarse en diciembre del año pasado, aunque había aparecido mucho antes.

MESES DANDO LA VOZ DE ALARMA

Los investigadores del Proyecto Midas de la universidad de Swansea alertaron el pasado mes de enero del más que probable desprendimiento de este fragmento de hielo de tamaño descomunal. "Es uno de los más grandes registrados y resulta complicado predecir su futuro progreso. Sigue formando ahora un solo bloque, pero es más que probable que se romperá en segmentos", dijo Luckman en su momento, remarcando que parte del hielo "podría permanecer en la zona durante décadas", mientras que "partes del iceberg podrían derivar al norte hacia aguas más cálidas".

El ya conocido como A68 ya estaba flotando antes de su desprendimiento, por lo que los científicos no prevén que se produzca un aumento inmediato del nivel del mar. Eso sí, aseguran que seguirán muy de cerca su trayectoria y comportamiento, igual que con los trabajos que vienen desarrollando. El seguimiento de la brecha de Larsen C se lleva estudiando desde que en 1995 Larsen A se quebrara, y años después, en 2002, ocurriera lo mismo con Larsen B. Sin embargo, de acuerdo con el profesor Luckman, este hecho correspondería a un acontecimiento geográfico y no climático, pese a que se cree que el calentamiento climático ha contribuido a la separación del iceberg.

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