El Banco Central de Rusia ha subido las tasas de interés por tercera vez desde marzo hasta el 8%, cosa inevitable con una inflación del 7,5%. La crisis de Ucrania ha provocado que los inversores y las empresas retiren el dinero de Rusia, lo que ha hundido el rublo y elevado el coste de las importaciones.

Esta situación provocará que las empresas y consumidores deban pagar más por los préstamos, lo cual aumentará el riesgo de que la economía se hunda en la recesión. En lo que va de año, el rublo ha caído un 6% frente al dólar, mientras que la bolsa de Moscú ha caído un 7,6%.

La economía rusa se desaceleró drásticamente este año, según el efectivo abandonaba el país en respuesta a las duras sanciones financieras que se han impuesto desde la Unión Europea. El FMI, por su parte, prevé un estancamiento, aunque otros analistas son más pesimistas en sus predicciones.

Estados Unidos había cortado el acceso de dos bancos y dos compañías energéticas rusas a la financiación a largo plazo antes del derribo del avión de Malaysian Airlines. Europa, por su parte, ha sido hasta ahora más reacia a adoptar sanciones severas debido a su dependencia de la energía rusa, como afirma CNN Expansión.

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