• La gastronomía portuguesa es un gran placer
  • Viajar en barco por el Duero, opción recomendable para ver los puentes
porto

Oporto es uno de los rincones más coquetos y baratos que existen en la Península Ibérica. Sus vistas, sus paisajes y sus bulevares en torno al río le hacen ser una de las ciudades con más visitas en Portugal.

Calles variopintas, plazas, buena gastronomía, enormes cuestas, el río Duero… estos son algunas de las razones por las que hay que visitar Oporto. La ciudad del norte de Portugal es siempre una de las buenas razones por las que hay que visitar la ciudad. Además de tener playa (ideal para desconectar una de las mañanas del fin de semana), tiene un inmenso patrimonio cultural. De hecho, la European Best Destination tiene a esta urbe como la mejor para viajar. La ciudad más votada por los viajeros fue Oporto, la segunda urbe más importante del país vecino, Portugal. Oporto ya se había alzado con este premio en los años 2012 y 2014. Y no nos extraña: cruzar sus puentes, pasear por la zona de Ribeira, disfrutar de su riquísima gastronomía y su vinos son un auténtico lujo accesible.

Si se desea tener una escapada a buen precio para el primer fin de la primera semana de junio, el destino es Oporto. Skyscanner ofrece la posibilidad de viajar desde el viernes 2 de junio hasta el lunes 5 por menos de 95 euros. Con salida el viernes a las 7:15 de la mañana del viernes, en apenas una hora y cuarto se aterriza en el aeropuerto de la ciudad portuguesa. El regreso, el lunes a las 18:45, horario luso (una hora menos que en España).

PRIMER DÍA DE MONUMENTOS

Una gran opción para comenzar el viernes es empezar en la Avenida de los Aliados, que está en pleno centro de Oporto. Repleta de edificios modernos entre los que se encuentra el Ayuntamiento, que es enteramente de mármol.

Caminando por la avenida y dejando atrás el Ayuntamiento se llega hasta la Plaza de la Libertad, la plaza más importante de Oporto. En su centro está una estatua ecuestre del Rey Pedro IV. La estación de trenes de San Bento es una de las joyas de la corona que hay que visitar. Su entrada, con más de 30.000 azulejos, cuenta la historia del país vecino. Apenas dos kilómetros se sitúa el río Duero caminando por la rúa Alfándenga, una de las principales vías más vistosas de la localidad. En dicha zona abundan los restaurantes y los bares donde degustar el buen bacalao que tienen entre otras comidas, así como su conocidísimo vino.

Por la tarde, es recomendable acercarse a uno de los mercados con más encanto de la ciudad. Cerca de la calle Fernándes Tomás, se sitúa el Mercado do Bolhao, uno de los sitios más nostálgicos donde la tradición de la venta sigue latente. Montones de vendedores exponen sus frutas y verduras como si por ellos nunca hubiera pasado el tiempo.

Cuando atardece, es obligatorio visitar la decena de puentes con los que cuenta Oporto. Las vistas son inmejorables para cerrar el primer día. Las luces de los puentes y de las casas absorben la mirada de los turistas. Una de las maneras más originales es subirse a bordo de un rabelo, una pequeña embarcación que circula por el río Duero que servían antes para transportar el vino de orilla a orilla. El viaje ofrece una magnífica visión no sólo de los seis puentes, sino también de ambas orillas y de los edificios más emblemáticos de la ciudad.

VISITA EL BARRIO DE RIBIEIRA

En Portugal se come muy bien. Una de sus especialidades es el dulce, y que mejor manera que comenzar el día llevándose algo a la boca de calidad. La pastelería Padeirinha Doce es una de las más famosas. Una de sus especialidades es el ‘bolo do rei’. Tienen menú al mediodía con platos desde 3,5€ por lo que también es un buen sitio para comer si se desa.

Con el estómago lleno, que mejor que irse hasta la Vila Nova de Gaia, que se extiende por las riberas meridionales del río Duero y el lugar en el que se encuentran las bodegas de Oporto y los almacenes de los comerciantes. La ciudad es tan pintoresca como Oporto, pero el mejor momento del día será sin duda una de las numerosísimas visitas de degustación de oporto. Los tenderos de Oporto ofrecen degustaciones tras las visitas guiadas por la zona a precios bastante económicos. No suelen superar los diez euros.

Y por la tarde, hasta la noche hay que empaparse del barrio de Ribeira. Uno de los sitios imprescindibles para conocer el centro de Oporto. El barrio de Ribeira es uno de los lugares más importantes a la hora de conocer el centro histórico de Oporto. Colores, decoraciones en sus fachadas atraen a cientos de turistas. Las casas suelen reflejarse en el río haciendo un espectáculo para la vista esta ilusión.

Esta zona es bastante conocida además para cenar y pasear por la tarde noche. Hay decenas de restaurantes con los platos típicos lusos mientras se contemplan las vistas del Puente de Luis I y de Vila Nova da Gaia con sus bodegas iluminadas.

DOMINGO DE DESCONEXIÓN

Oporto también tiene playa. Una razón más para visitarla. Tras dos días de intenso pateo, el calor comienza asolar la Península. Qué mejor que tener un día de desconexión en la arena.

La Praia de Matosinhos es la playa más grande con fácil acceso desde el centro de Oporto. Esta maravillosa playa ofrece una amplia extensión de arenas doradas y unas buenas olas bastante adecuadas para hacer surf, y además se encuentra a un trayecto de sólo 15 minutos en metro desde el centro de Oporto. Los chiringuitos son bastante famosos, y degustar el pescado fresco de la localidad supone buena opción. El lunes, antes de coger el avión, se puede visitar Torre de Los Clérigos y su vecina la Libreria Lello es la mejor manera de despedirse de Oporto.

En cuanto al precio de los hoteles, no suelen ser demasiado caros. El buscador de hoteles booking.com ofrece ofertas desde 45 euros la noche para dos personas en hoteles a menos de dos kilómetros en el centro de Oporto. La plataforma de AirBnb oferta apartamentos por 40 euros el día. ¡Buen viaje!

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