ep el entrenador del fc barcelona ernesto valverde en rueda de prensa
El entrenador del FC Barcelona, Ernesto Valverde, en rueda de prensaFCB - Archivo

El FC Barcelona ha empatado este martes en el Camp Nou contra el Slavia Praga (0-0) en la cuarta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, en un partido en el que dejaron escapar dos puntos de su feudo, en el que no reaccionaron tras la derrota en LaLiga Santander y empeoraron, si cabe, la imagen ofrecida en la sufrida victoria de Praga.

Mal partido de un Barça que tenía este partido marcado en rojo por varios partidos. Ganar metía virtualmente al equipo en los octavos de final. Si, además, el juego era vistoso se borraba la mala imagen de Praga pese al triunfo 1-2 de entonces. Y, además, se podía cambiar el chip y dejar en tropiezo el casi enésimo deshecho como visitante; la derrota ante el Levante 3-1 del fin de semana.

Pero nada de ello ocurrió. Ni se dejó sentenciado el grupo ni se ganó ni se alejaron los fantasmas que, con sus cadenas, parecen atenazar y maniatar al equipo. No hay juego, ni asociativo como en unos grandes tiempos de Guardiola o más directo como con Luis Enrique, ambos ya muy lejanos. Hay rachas, que dependen de las estrellas y por ello son fugaces.

El Slavia Praga no tuvo grandes ocasiones de gol pero sí un buen posicionamiento en el campo. Con una defensa muy adelantada y teniendo claro que la presión era alta y se buscaba la portería contraria con rapidez, plantaron cara al Barça y dieron sensación de peligro en sus acercamientos a un Ter Stegen que, es cierto, apenas tuvo que actuar.

Las tablas fueron sin goles, pero en goles anulados el empate fue a uno. Al Barça le anularon un gol a Arturo Vidal por fuera de juego previo de Messi. Al Slavia, también por fuera de juego, le quitaron un tanto al borde del descanso. En ocasiones, no obstante, ganó por goleada un Barça que no estuvo nada, pero nada, fino en los metros finales.

Mejoró en el segundo tiempo con la entrada de Ansu Fati, por un Ousmane Dembélé que tuvo los cables cruzados, o quizás las botas en el pie contrario. Mal partido del galo, que apenas conectó con su lateral Nelson Semedo --que tuvo la priemra gran ocasión pero falló un mano a mano en el minuto 11--.

Lo intentó Messi, que tuvo la más clara al enviar un zurdazo al larguero tras correr todo el campo con varios jugadores azul claro persiguiéndole. De entrar, hubiera cambiado el partido y quizá amarrado la victoria, pero ni Messi fue mesías en una noche que terminó con pitidos de reproche y malestar en el Camp Nou.

El argentino tuvo el gol también en el ecuador del segundo tiempo pero el portero Kolar, el mejor del Slavia Praga, se la sacó. Como el resto de balones con cierto peligro de los blaugranas. Se casi prometió una reacción en la previa del choque pero esta no apareció ni se la intuyó. El Barça jugó más lento, corrió mucho menos que el rival y estuvo, aunque no tanto como en Praga, algún tiempo cerrado atrás. En casa.

Sigue líder el Barça, con ocho puntos, e invicto. Pero este empate dolerá mucho más que el del Signal Iduna Park de Dortmund. No hubo reacción pese a la marcha extra que le puso al partido Ansu Fati, que cerca estuvo de regalar un tanto a Messi, ni pese a esa presión que tenían los blaugranas de poner las cosas en su sitio. El Slavia, jugando valiente, se lleva el premio merecido que ya rozó en el Eden Arena.

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