Nos tenemos que remontar nada menos que 12.800 años para poder ver a un Universo todavía en pañales con uno de los puntos luminosos más fuertes del Cosmos, pero como a todos nos gustan las cifras, es mejor afirmar que ese punto era 420 billones de veces más luminoso que nuestra estrella, el Sol.

Este punto luminoso se hallaba en mitad de un Universo muy oscuro y en formación, como si buscara salir de entre las tinieblas. Los científicos de la Universidad de Pekín, entre ellos Xue-Bing Wu, codescubridor de este objeto celeste, cree que en su anterior etapa, este potente faro luminoso era originado de un agujero negro de proporciones descomunales. Para esto los cienfitifocs no pueden mostrar su teoría sin abrumarnos con datos, como los 12.000 millones de veces más de masa que tiene que nuestro Sol.

Este objeto descubierto desde la Universidad de Pekín se trata de un cuásar, que no es otra cosa que una cantidad de masa acumulada y acelerada por un agujero negro súpermasivo que tiene este objeto en su centro. Según aclara Xue-Bing Wu en una nota de prensa del Gran Telescopio Binocular de Arizona, "este cuásar es único, como si fuera el faro más potente en el Universo temprano".

Este tipo de hallazgos sirven para comprender mejor el funcionamiento de nuestro Universo pero sobretodo para racabar información sobre los primeros instántes del Cosmos. Según Fuyan Bian, que es otro de los codescubridores del potente cuásar, las dimensiones y la potencia del objeto están en los límites de los posible. La radiación emitida por los agujeros negros tras haber engullido la materia circundante hasta limitar su capacidad y después seguir devorando todo a su paso y de esta forma crecer sin parangón. Bian afirma "que se forme un agujero negro tan grande en tan poco tiempo es difícil de explicar con las teorías actuales"

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