MADRID, 28 ENE. (Bolsamania.com/BMS) .- Termina un día “plano” en cuanto a los mercados europeos se refiere. Las bolsas del Viejo Continente abrían la sesión con subidas medias del 0,30% pero, a los pocos minutos, tornaban a negativo para permanecer planas durante toda la jornada. Finalmente, han cerrado con una subida del 0,01% de media. El Ibex 35, que empezaba con un repunte del 0,38%, ha sido el selectivo europeo que más ha caído y se ha dejado un 0,60%, hasta los 8.672,50 puntos. Según vamos conociendo informes de resultados de las entidades financieras, como los de Banco Sabadell y Bankinter, observamos que continúa el deterioro de activos y los resultados siguen recogiendo los efectos del desapalancamiento. “La banca en España se enfrenta a una dramática caída de los ingresos, que el límite impuesto a la rentabilidad de los depósitos intenta frenar, como consecuencia del desapalancamiento, el incremento de la morosidad, unos tipos de interés históricamente bajos y el aumento del coste de financiación”, advierte Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios y Análisis de Asinver. Entre las entidades puramente domésticas, Flores destaca que “CaixaBank parece la opción más atractiva en términos de riesgo/rentabilidad, mientras que entre los internacionales debemos mostrar una clara preferencia por BBVA frente a Santander, debido a su más cómoda posición de capital y positiva expectativa de su negocio en México, uno de los mercados que en general debería comportarse mejor este año”. Ante esta situación, el analista de Asinver ofrece su opinión sobre si finalmente España pedirá el rescate a Europa. Para Flores, hay sólo tres escenarios posibles: 1.- España no necesita recurrir al rescate. La coyuntura económica global y las reformas estructurales comienzan a dar resultados y empezamos a observar que el crecimiento económico español se vuelve positivo, el desempleo cae, la morosidad bancaria desciende, el crédito fluye y las finanzas públicas se equilibran. Los tipos que España paga por su deuda se mantienen bajos debido a que España está simplemente mejor, no por la posibilidad de intervención del Banco Central Europeo (BCE). Según el analista de Asinver, ésta ”sería una posibilidad maravillosa pero, hoy por hoy, es solamente una fantasía”. 2.- España solicita la ayuda europea por su propia iniciativa en lugar de esperar a que el mercado precipite la situación. El Gobierno entiende que merece la pena negociar aprovechando la actual posición, relativamente cómoda, una cesión de soberanía fiscal con la firma del correspondiente memorando y aceptar unos plazos de revisión de cumplimiento de los objetivos a cambio de la financiación y estabilidad. No obstante, si vale la pena solicitar el rescate de manera voluntaria, ahora o en el futuro, entonces también valía la pena hacerlo hace un año. Si hasta ahora el Gobierno español ha evitado dar el paso, no hay razón para pensar que esto vaya a cambiar. 3.- El mercado pierde la fe y la paciencia. Se produce un empeoramiento de la situación económica en España: incremento del desempleo, aumento de la morosidad, restricción del crédito y desequilibrio de las finanzas públicas. La percepción de riesgo de los inversores y las agencias de calificación hacen que la prima de riesgo repunte y provoca un nuevo episodio de crisis que termina por empujar a España a solicitar el rescate. Lamentablemente, el escenario más probable es este último. Javier Flores se suma, así, al cada vez más creciente grupo de expertos que afirman que España está retrasando lo inevitable: pedir el rescate. Laura Sánchez
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